Rompecabezas de instituciones y partidos diferentes

Baleares es la única autonomía que en vez de suprimir la diputación heredada, como han hecho el resto de las uniprovinciales y como desearían hacer no pocas de las pluriprovinciales, la ha fragmentado en tres instituciones similares: Consell de Mallorca, Consell de Menorca y Consell de Ibiza-Formentera.La coordinación de estas tres instituciones por parte del Gobierno regional ha sido mínima durante la pasada legislatura. A la pugna habitual de poderes entre las diputaciones y los ejecutivos autonómicos se ha añadido en Baleares una situación de fragmentación política que ha dado la presidencia de cada uno de los consells a un partido diferente: Unió Mallorquina, PSOE y Alianza Popular. El presidente del Gobierno balear y candidato a la reelección al cargo, Gabriel Cañellas, pertenece a este último partido.

Esta situación y la debilidad de un Gobierno en minoría, tras la ruptura de los pactos entre Alianza Popular y Unió Mallorquina, han condicionado gravemente la gestión del Gobierno regional y el asentamiento de las instituciones autonómicas. Hecho que no ha impedido que Baleares, principalmente por la buena coyuntura turística de los últimos años, haya sido la región española con mayor crecimiento económico en los últimos tiempos.

El tremendo peso regional de la ciudad de Palma, gobernada por un alcalde socialista, ha contribuido también a restar imagen pública al Ejecutivo autonómico presidido por Gabriel Cañellas. Los continuos escándalos por irregularidades administrativas y las acusaciones públicas al presidente de favorecer a personas y empresas de su entorno tampoco han contribuido a aumentar la estimación de la institución autonómica entre los ciudadanos dé las Baleares.