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Defensa e Interior se achacan la responsabilidad en el descontrol de Ias zonas donde estallaron coches bomba

Carlos Yárnoz

Los atentados registrados el pasado domingo en Madrid han puesto de relieve la escasa coordinación de los servicios de seguridad de los Ministerios de Defensa e Interior, según se deduce de las valoraciones que en ambos departamentos se hacen al valorar la responsabilidad de quién debe proteger las zonas próximas a los edificios militares. Mandos militares señalaron ayer que es a la policía a quien correspondía vigilar y controlar los lugares donde estallaron los coches bomba, mientras fuentes de Interior indicaron, que los dispositivos de seguridad de los edificios militares incluyen las zonas colindantes.

Mandos del Cuartel General de la Armada informaron que los servicios de seguridad del centro asumen la protección del edificio y de zonas a menos de 15 metros del cuartel. El coche bomba que estalló junto a ese cuartel estaba "justamente en el límite de los quince metros", afirmaron fuentes de la Armada, que añadieron que es relativo" decir que la responsabilidad corresponde a la Marina.Fuentes de Interior precisaron que el coche bomba fue colocado "justamente enfrente" del cuerpo de guardia del cuartel de la Armada, a lo que mandos de la Marina responden que el soldado de guardia observó que un Citroen BX nuevo y matriculado en Madrid aparcaba en la acera de enfrente, pero que su conductor "tenía muy buen aspecto e iba bien vestido", por lo que estimó innecesario realizar ningún control.

En esa acera está permitido aparcar, pese a la proximidad del edificio militar, ya que el Ayuntamiento de Madrid no ha accedido a peticiones militares de impedir que automóviles particulares estacionen en el lugar.

En cuanto al coche bomba que estalló a un centenar de metros del Cuartel General del Aire, mandos de este ejército indicaron que su servicio de seguridad es responsable del control del edificio y de la zona ajardinada próxima, pero no de la acera de enfrente. No obstante, desde Interior se recuerda que también por esa acera suelen patrullar soldados del Aire.

En la reunión mantenida el pasado domingo en el Ministerio del Interior para valorar los atentados participó, junto a los responsables de la lucha antiterrorista, el subsecretario del Ministerio de Defensa, Gustavo Suárez-Pertierra. En la misma se acordó mantener los dispositivos, pero también introducir variaciones ante la técnica del coche bomba empleada ahora por ETA Militar. En los próximos días, expertos de ambos departamentos analizarán detalladamente los planes a seguir.

La actitud de los mandos de Defensa ante hechos de estas características no es nueva. Cuando el 21 de julio del pasado año fue bombardeado el Ministerio de Defensa, altos cargos de este ministerio dijeron que el dispositivo de seguridad del edificio sólo llegaba hasta la mitad del paseo de la Castellana, pero no hasta el otro lado, desde donde se realizaron los disparos de granadas. Las fuentes de Interior han destacado que, en los últimos meses, y tras continuas insistencias, los mandos militares ya han adoptado de forma generalizada las medidas de autoprotección aconsejadas por la policía. Como ejemplo, señalan que, cuando en enero pasado fueron detenidos los integrantes del comando Madrid, en su poder "sólo había datos muy escasos" sobre un total de 15 militares. De uno de ellos, un teniente general, había información muy concre ta del recorrido diario que realizaba.

"El punto flojo" en la actualidad, según fuentes de los responsables antiterroristas, son ahora los edificios oficiales en general y los militares en, particular. Las fuentes de Interior señalan al respecto que, para proteger los centros castrenses de Madrid, harían falta cerca de 6.000 policías, y recuerdan que la seguridad interior y cercana a esos centros corresponde a los militares.

A pesar de estas discrepancias, las fuentes de uno y otro departamento indican que es prácticamente imposible detectar la presencia de un coche bomba. En los cuarteles generales afectados por los atentados del domingo se aseguró que la vigilancia policial de sus aledaños desciende considerablemente los fines de semana, detalle que fue admitido por Interior. Esta queja fue especialmente citada en el Cuartel General del Aire, en cuyas proximidades viven numerosos mandos de ese ejército.

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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