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Hunosa quedó ayer paralizada de nuevo por la huelga

La producción en las explotaciones mineras de la empresa pública Hunosa permaneció ayer prácticamente parada en la primera jornada de huelga de 48 horas convocada por separado por CC OO y el SOMA-UGT, cuyos representantes se reunieron a última hora de la tarde en Madrid con el presidente del Instituto Nacional de Industria (INI), Claudio Aranzadi.

En el, primer turno, el más importante, faltaron al trabajo aproximadamente la mitad de la plantilla, el 55%, según fuentes de la empresa. El absentismo ascendió hasta el 85% entre los picadores, puesto que de 2.077 que tenían que entrar a traba ar sólo lo hicieron 1.768.La huelga es contra la paralizadión de las negociaciones del plan de futuro y del convenio colectivo. Los sindicatos y las asociaciones profesionales intentarán desbloquear en Madrid estas conversaciones.

Los sindicatos habían solicitado el pasado martes una entrevista con el ministro de Industria, Luis Carlos Croissier. Sin embargo, han recibido una invitación del presidente del INI, por lo que han decidido mantener las movilizaciones previstas para ayer y hoy.

Convocados por CC OO, grupos de mineros se concentraron en Mieres y en Sama de Langreo. En este último lugar, varios de ellos accedieron al edificio de la casa consistorial y exigieron una entrevista con el alcalde de Langreo. No se produjeron incidentes.

Plan de futuro

La reunión entre representantes sindicales y el presidente del INI comenzó a última hora de la tarde, sin que hasta el cierre de esta edición hubiera transcendido ningún avance como resultado de las conversaciones. La negociación representa un nuevo intento para desbloquear el conflicto generado por el plan de futuro de Hunosa y el convenio colectivo.Actualmente, las diferencias sobre la subida salarial y las primas de destajo han hecho pasar a segundo término la discusión sobre la reestructuración de Hunosa. Con respecto a este plan se han producido sustanciosos avances en comparación a la propuesta inicial. La dirección de la empresa y el INI han garantizado el mantenimiento de Hunosa hasta el año 2000, asegurando una producción similar a la actual (entre 3,3 y 3,7 millones de toneladas anuales de carbón lavado procedentes de explotaciones subterráneas) y fuertes inversiones. Existen también alternativas de reindustrialización para la comarca minera asturiana.

Como contrapartida, la dirección exige un incremento de productividad basado en la jubilación anticipada a los 64 años. Como contrapartida, existe el compromiso de reponer con nuevas contrataciones la mitad de las bajas vegetativas que se produzcan.

Las previsiones son reducir 1.500 empleos en poco más de un año, con lo que la plantilla quedaría reducida a 18.700 trabajadores a finales de 1988. Los sindicatos piden el mantenimiento del tradicional principio de "uno por uno" para la sustitución automática de las bajas que se produzcan en la plantilla.

La empresa registró el pasado año unas pérdidas de 38.918 millones de pesetas. Las previsiones para este ejercicio y el próximo reflejan unos resultados negativos superiores a 39.000 millones. Entre 1981 y 1986, la planificación concertada supuso aportaciones del Estado a Hunosa de 170.000 millones en subvenciones, 13.500 millones para ampliación de capital y 46.000 millones para inversiones.

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