UGT pone condiciones al Gobierno para negociar la política social
Las diferencias entre el Gobierno socialista y la Unión General de Trabajadores (UGT) se ahondaron ayer tras la jornada del Primero de Mayo. El líder de UGT, Nicolás Redondo, aceptó la propuesta del presidente del Gobierno, Felipe González, de mantener una reunión con los sindicatos, pero le puso condiciones: que el diálogo se haga en un plano de igualdad y que sirva para negociar la política social. Paralelamente, CC OO, que evaluó en más de un millón el número de trabajadores que se manifestaron ayer en España, reiteró sus ataques al Gabinete por su política económica reaccionaria.
Las dos centrales sindicales mayoritarias, UGT y Comisiones Obreras, celebraron sus manifestaciones del Primero de Mayo por separado, excepto en alguna provincia, como Zaragoza. En general, los actos de CC OO duplicaron en capacidad de movilización a los del sindicato socialista. Sin embargo, todas las manifestaciones tuvieron la misma característica: los ataques al Gobierno de Felipe González, recordando al presidente del Ejecutivo que son los trabajadores los que protestan, mientras los empresarios y los banqueros aplauden su política económica. No se registró ningún incidente.Quienes pensaban que UGT aprovecharía el acto central de la Casa de Campo de Madrid para iniciar la reconciliación con el Gobierno, se equivocaron. Nicolás Redondo, en una de sus intervenciones más tensas y vibrantes, acusó al Gobierno de calentar a los empresarios; justificó la actual conflictividad en España, sociedad cada vez más injusta", y atacó a algunos presidentes de empresas públicas, a los que "cuesta ver como ugetistas y como socialistas; son prepotentes con el débil y serviles con el fuerte".
Redondo, continuamente aplaudido, aludió a Carlos Solchaga, ministro de Economía y Hacienda, que habría regalado a los empresarios dos cosas: el tope salarial del 5% y la promesa de que si lo mantienen les rebajará la cotización a la Seguri.dad Social. José María Benegas, secretario de organización del PSOE, intervino en un clima de división de opiniones. Asistieron cinco ministros.
Por lo que respecta al Primero de Mayo en el resto del mundo, miles de moscovitas con pancartas dedicadas a la perestroika (reestructuración) desfilaron ante el líder soviético, Mijail Gorbachov. En Polonia la policía reprimió algunos intentos de manifestación en favor del ilegalizado sindicato Solidaridad.
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