Redondo se reunirá con Felipe González si el presidente acepta negociar la política social
Nicolás Redondo, secretario general de UGT, acusó al Gobierno de calentar a los empresarios y de no atender las legítimas demandas de los trabajadores. El dirigente sindical, en un discurso vibrante y tenso pronunciado en la Casa de Campo de Madrid con motivo del Primero de Mayo, reiteró sus críticas hacia el Ejecutivo y profundizó en ellas, acusándole de provocar a los trabajadores. Redondo aceptó la propuesta del presidente de Gobierno de mantener una reunión con los sindicatos, pero puso dos condiciones: la primera, que el diálogo se realizara en un piano de igualdad y que sirviera para negociar una política social. La UGT, dijo, jamás va a permitir que se la haga cómplice de medidas lesivas para los trabajadores.
Quienes esperaban que Nicolás Redondo realizara con motivo del primero de Mayo un discurso conciliador se equivocaron. Redondo, en una de sus intervenciones más tensas y vibrantes, justificó la conflictividad actual del mundo del trabajo en que en la sociedad española, "cada vez más injusta" hay impaciencias legítimas que hay que satisfacer. Redondo dijo que es lógico que se pida mayor eficacia social, que es lógico que lo pidan quienes más han luchado y sudado por conseguirla.El secretario general de UGT subrayó que no deja de ser triste que los empresarios estén exultantes y que, sobre todo, desde la Administración se los caliente. Con un gran grito añadió: "No hay derecho, y hay que decirlo".
Si rebajar el tono, el líder de UGT aseguró que los beneficios son siempre para las empresas, nunca para los trabajadores. Y preguntó si alguna vez se había oído desde la Administración que había que encauzar los beneficios empresariales. Dirigiéndose en tono exaltado a los presentes mostró su amargura porque "mientras los empresarios aplauden la política económica rabiosamente, los trabajadores se quejan rabiosamente".
Refiriéndose a una pancarta de la Federación de Transportes, en la que se hablaba de provocación en las empresas públicas, Redondo dijo que tenían razón en sus afirmaciones. Y comentó "hay dirigentes de empresas públicas que cuesta verles como socialistas y como ugetistas. Son prepotentes con el débil y serviles con el fuerte".
El secretario general de la central socialista, que fue interrumpido en varios momentos de su intervención, precisamente los más críticos, dijo que él pedía al Gobierno que fuera más flexible y más inteligente. Sin embargo, matizó que "nadie piense que vamos a apoyar a los que tratan de acorralar a este Gobierno. Nunca vamos a hacerlo, pero tampoco vamos a permitir que nos hagan cómplices de medidas lesivas para los trabajadores".
Hizo un llamamiento a CC OO para que "viera dónde está el verdadero enemigo" y afirmó que la UGT seguía manteniendo la política que siempre había defendido, la solidaridad.
Regalos a los empresarios
Dijo que el Gobierno había regalado dos cosas a los empresarios. Que un ministro se las había regalado: el tope salarial del 5% y la promesa de que si mantenían este tope les rebajaría la cotización a la Seguridad Social.
Antes de intervenir Redondo, Txiki Benegas se había dirigido a los presentes. Sólo el anuncio de su nombre provocó lo que en términos taurinos se denominaría división de opiniones: pitos y aplausos. Y, siguiendo con esos símiles, su intervención se movió entre el aplauso y la crítica.
Especialmente activos fueron los trabajadores de transportes que cada vez que Benegas hablaba del carácter dialogante del Gobierno gritaban: "Que se vea, que se vea". El secretario de organización del PSOE reconoció que había discrepancias pero que éstas siempre podían salvarse. Y realizó un llamamiento al diálogo social. Pidió el apoyo electoral a Juan Barranco, alcalde de Madrid, que había intervenido antes que él, y a Joaquín Leguina, presidente de la comunidad autónoma, que también se había dirigido a los asistentes. Leguina había provocado la sonrisa a los asistentes cuando, en una moderada intervención, había asegurado que "éste es el mejor Gobierno que tenemos".
Especial emotividad tuvo la intervención de Ricardo García Damborenea, secretario general de los socialistas vascos. Damborenea denunció y acusó de "canallas y asesinos" a los que habían quemado viva a una compañera y mencionó directamente a Herri Batasuna como causante del atentado.
José Luis Daza, secretario general de UGT Madrid, presentó el acto. Sobre el momento en que se celebraba este Primero de Mayo dijo: "Hoy lo conmemoramos en medio de la conflictividad pero no somos los trabajadores los culpables, cuando vamos a la huelga es porque todas las vías se han agotado".
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