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Rebelión blanca en las filas de Botha

Helderlberg Montaña Clara en afrikaner, es un distrito electoral a unos 60 kilometros de Ciudad del Cabo, en cuyos valles cerrados por la impresionante cordillera Hottentots Holland se crían los mejores vinos surafricanos desde la Regada, hace 300 años, de los hugonotes, que venían huyendo de las persecuciones religiosas en Francia. Normalmente, unas elecciones generales no hubieran despertado gran expectación entre sus 21.649 votantes blancos, únicos que pueden votar en los comicios del 6 de mayo.

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Sin embargo, esta vez es diferente. Porque el escaño de HelderIberg, el distrito que abarca las localidades de Somerset West y Gordons Bay y parte de las de Stellenbosch, hasta hace poco capital del pensamiento afrikaner, y Brackenfell, protagoniza una de las pocas luchas interesantes en unas elecciones generales marcadas por la apatía de la población blanca y la total indiferencia de los indios, mestizos y negros.La razón es la presencia en el distrito como candidato independiente del ex embajador surafricano en Londres, Denis Worrall, que presentó inesperadamente su dimisión a principios de año como protesta por la falta de decisión del presidente Pieter W. Botha para seguir adelante con unas tímidas reformas del apartheid iniciadas hace cuatro años.

Worrall, uno de los tres candidatos independientes antiguos colaboradores del Gobierno del Partido Nacional que se presentan en estas eleciones, lo hace en una circunscripción electoral defendida fácilmente en los últimos 14 años por uno de los pesos pesados del Gobierno, el ministro de Desarrollo y Planificación Constitucional, Chris Heunis, teórico de las reformas iniciadas por Botha en 1983 con la introducción de un Parlamento tricameral, del que está excluida la población negra, y la abolición de algunas de las medidas segregacionistas.

Una eventual derrota de Heunis sería interpretada como un rechazo por parte de la población blanca de toda la política de Botha, quien, según Worral, ha perdido toda iniciativa.

La esperanza de los que todavía confían en un cambio no violento en Suráfrica radica en una futura alianza entre los tres independientes -Worrall, una antigua profesora de sociología de la universidad afrikaner de Stellenbosch, Esther Lategan, y un ex diputado del Partido Nacional, Wynand Malan, que representa un escaño cercano a Johanesburgo-, el partido oficial de la oposición blanca, el Progressive Federal Party, y una pequeña formacion, el New Republic Party, a los que se unirían más tarde los New Nats, o desengañados con el Gobierno. Esa alianza negociaría una nueva Constitución con los dirigentes representativos de todos los grupos raciales del país.

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La presentación de las candidaturas independientes constituye una prueba palpable de la preocupación que embarga a una gran parte de la población blanca sobre el futuro de ur país, cada vez con problemas más insolubles, con un Gobierno completamente atrincherado en una exhibición diaria de fuerza y un aislamiento internacional que ha alcanzado ya incluso a la Administración de Reagan.

Por primera vez desde que el Partido Nacional subió al poder, hace 39 años, para recuperar el poder que los británicos habían tenido desde la derrota de los boers (los descendientes de los colonos holandeses) en 1902, el Gobierno está siendo atacado por los propios afrikaners.

Esta elección ha producido el espectáculo insólito de un manifiesto antigubernamental suscrito por 365 académicos, profesores, intelectuales y ayudantes de la universidad de Stellenbosh, que piden a la población el apoyo a las candidaturas de los independientes. Igualmente, un numeroso grupo de deportistas, encabezados por la estrella del tenis mundial Gary Players y el internacional de rugby Naas Botha, se ha declarado a favor de Worrall. En una carta abierta, Players, la figura más conocida de Suráfrica en el exterior, se muestra "harto" de la política del Gobierno. "Queremos el fin del apartheid y lo queremos ahora. No queremos (sufrir) un continuo aislamiento cultural y económico ni que nuestros deportistas tengan que sufrir boicoteos y prohibiciones".

Sin embargo, sería erróneo afirmar que toda la población blanca piensa de esa forma. La extrema derecha, formada por el Partido Conservador y el Herstigte Nasionale Partei, todavía con un importante seguimiento en los medios agrícolas del Transvaal y el Estado libre de Orange, piensa que Botha es un traidor que ha traicionado los principios de la afrikanerdom. Y el presidente del Afrikaner Weerstands Beweging (Movimiento de Resistencia Afrikaner), Eugene Terreblanche, que llena todos sus mítines hasta la bandera con una retórica digna de la Alemania nazi, acaba de pedir una vez más la creación de un "Estado boer sólo para blancos".

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