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FERIA DE SEVILLA

Una UVI en el Baratillo

ENVIADO ESPECIALAl los toros de ayer había que cuidarIos. Qué cosas pasan. Siempre había oído uno decir que es el hombre el que se tiene que cuidar del toro, no al revés. Sucedía con los toros de ayer que estaban malitos. Toro malito, igual que persona, ha de ir a la UVI, pero los ganaderos, que miran la peseta, no la tienen. A los ganaderos de toro malito que miran la peseta, entonces, sólo se les ocurre creerse que la UVI es el coso del Baratillo.

La afición, en cambio, no está de acuerdo. La afición de ayer gritaba protestas y daba palmas de tango cada vez que entraban en la UVI los toros malitos. Únicamente la afición de sol levantaba la voz, por supuesto, pues gran parte de la de sombra, firme en su papelón de casta exclusiva dentro del ancho orbe taurómaco, representaba "los silencios de la Maestranza".

Osborne Mora, Durán, Joselito

Toros de José Luis Osborne, mal presentados, inválidos, descastados. Juan Mora: pinchazo y media desprendida (palmas); pinchazo bajo y bajonazo descarado (silencio). Curro Durán: estocada caída (aplausos y salida al tercio); estocada delantera atravesada que asoma -aviso con retraso- y descabello (vuelta). Joselito: estocada (ovación y salida al tercio); estocada (ovación y salida al tercio).Plaza de la Maestranza, 30 de abril. Octava corrida de feria.

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Un poco de romanticismo, por favor

Cada uno hace lo que quiere y le va, desde luego, pero por los catedralicios silencios se cuela tranquilamente el toro descastado, el toro sin trapío, el toro malito, o todo a la vez -como ayer-, y la histórica plaza se convierte en vergonzante UVI ganadera. Enfermera principal de los toros malitos fue la acorazada de picar -no me digaque les hacía un rasguño por los lomillos (eso sí, traseros, que el fuero es el fuero), y ya quedaba el toro listo para la. siguiente función.

En realidad no quedaba nada listo, más bien quedaba aturdido y no podía embestir. Los últimos tercios consistieron en la desesperante porfia de los matadores, primero para que el toro acudiera a la muleta, luego para que no se parara en la suerte. Había entre el gentío quien se preguntaba cómo había podido pagar por su localidad lo que vale una pulsera de pedida, cuando la ración de Jabugo en el bar de la esquina cuesta menos y tiene más emoción.

Entre los toros malitos hubo uno que, de cuando en cuando y en el cite de largo, tragaba pases, el quinto, y el sexto, que tiraba hachazos asesinos. Curro Durán, después de ahogarle la embestida al quinto en unas cuantas docenas de muletazos, descubrió lo de la distancia, la dio, juntó las zapatillas, sacó pases animosos con ambas manos. Joselito, en los hachazos animosos del sexto, no salió por los aires, pues aún hay milagros.

Joselito tuvo una actuación torerísima en todos los tercios. Desde las dos escalofriantes largas cambiadas con que recibió al malito tercero, hasta el estoconazo con que tumbó al de los hachazos, estuvo siempre por encima de los toros y de las circunstancias. Lanceó bien a la verónica aprovechando las escasas embestidas propicias, dibujó la media verónica, ciñó chicuelinas, lidió con saberes de experto en tauromaquia.

Reunió Joselito con mucha autenticidad en banderillas y el último par de la tarde, pasando por tablas en un terreno inverosímil, puso al público en pie. Sus faenas de muleta fueron tesoneras, valientes, pisando todos los terrenos para provocar arrancadal imposibles, incluso las peligrosas del sexto que, tras derrotar fieramente al bulto, se plantó sobre las pezuñazas y mugió: "Servidor de aquí no se mueve". Y no se movió, el muy burro.

Los compañeros de Joselito también porfiaron lo suyo: Durán en el segundo, Juan Mora en los dos toros malitos restantes. Nada había que hacer. Sin embargo, Juan Mora pudo dejar la huella de su depurado estilo en dos verónicas y en un trincherazo, pase de la firma, ayudado a dos manos, todo en ligazón, que levantaron los admirativos murmullos propios de las grandes solemnidades.

La afición sevillana no ha podido sacar conclusiones definitivas sobre estos dos jóvenes toreros, Mora y Joselito, pero los tiene apuntados para la próxima. Quienes van más allá de la obviedad del derechazo han advertido que en uno y otro hay torería. Lo comprobarán cuando les salga el toro güeno. Tal como están las ganaderías, será un año de estos.

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