Niños torturados
Difícil es determinar si el maltrato físico al hijo es una lacra en alza o una constante histórica, pero, en cualquier caso, las espeluznantes cifras que se manejan - 150 niños -muertos anualmente manos de los padres- obligan imaginar todo lo imaginable para prevenir este horror. Pasmosamente, el borrador para una nueva ley del menor, presentada a las Cortes por los socialistas, nada nuevo añade altema, lo que me llevó a enviar un artículo a este periódico. Pero la redacción de EL PAÍS me invita a darle- forma de carta.Recordaba yo en mi artículo algunos casos difundidos por la Prensa en los que se hace monstruosamente patente la actual indefensión de estos pequeños torturados. Un mendigo de siete años fue encontrado en una noche helada con una gran hematoma, y la misma policía lo devolvió al padre, que era el que le había apaleado y obligado a mendigar. Una niña de meses fue hospitalizada varias veces por las graves lesiones que le habían producido sus padres, y otras tantas, devuelta a éstos. Dos niños de Manresa, totalmente abandonados, no fueron rescatados hasta que uno ya había perecido por inanición, a pesar del conocimiento que de ello tenían los vecinos, policía y servicios sociales.
Abogaba yo por una ley que, ajustándose a esta terrible realidad, prevea la vigilancia, suspensión o privación de la patria potestad, conceptos hoy borrosos, por lo que la ley no ' tiene suficiente flexibilidad. También pedía que las causas para cuestionar la tutela paterna quedaran especificadas a fin de que los jueces no tuvieran que usar su ideología al respecto. Y, finalmente, reclamaba campañas de concienciación. Pero no difundiendo imágenes morbosas, como se ha hecho en reciente reportaje, o entrevistando esporádicamente a responsa bles del tema no caracterizados por su espíritu crítico, sino lan zando mensajes claros y reitera dos sobre la obligación de denun ciar los casos de malos tratos y sobre el derecho inalienable de los niños a no recibir agresividad alguna.
Suponiendo que el borrador presentado a las Cortes por los socialistas mejore la suerte de los niños ya, delincuentes, no cabe duda que no maximizar las medidas para erradicar la violencia en los hogares es, además de una incalificable crueldad, dejar abierta la más eficaz escuela para crear inadaptados sociales. Y eso es lo que se llama coger el rábano por las hojas- Sacramento Martí.
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