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La bala que mató a María Gábarrón salió del arma de un centinela del cuartel de Marina

Amelia Castilla

La bala que mató a María Gabarrón el día de lleves Santo salió disparada del ama de un centinela del cuartel de Marina situado en la confluencia de la calle de Arturo Soria con la avenida de San Luis, según fuentes militares, que recogen la confesión del soldado al capitán de su compañía. El soldado es natural de Gijón y estaba de guardia en una de las garitas cuando la víctima paseaba con su marido y su hija cerca del cuartel. Al acabar la guardia el Viernes Santo por la mañana, día 17, se fue de vacaciones, y regresó el lunes día 27

El soldado, que, regresó de Gijón la noche del pasado lunes al cuartel tras disfrutar de las vacaciones de Semana Santa, se marchó con permiso después de esa guardia, según aseguraron ayer fuentes militares relacionadas con el cuartel de Infantería de Marina.El soldado, que ya había jurado bandera, confesé ayer por la mañana ante el capitán de su compañía que el pasado día 16, cuando se encontraba de guardia en una de las garitas, se le disparó el arma al caérsele accidentalmente.

Tras prestar declaración el lunes, el soldado fue trasladado en calidad de detenido a un centro disciplinario militar, siempre según la misma fuente.

Paralelamente a las actuaciones judiciales, la Armada inició el mismo Jueves. Santo una investigación para esclarecer la muerte de María Gabarrón. Un capitán del cuartel de infantería de Marina donde se produjeron los hechos ha estado tomando declaración a las 15 personas que ese día se encontraban de guardia.

Fuentes militares aseguraron que la bala había salido de uno de los cetme revisados, en una primera inspección, por la policía. La policía sacó la conclusión de que las armas no habían sido disparadas. Las armas. quedaron precintadas y a disposición del juez. Un portavoz militar justificó ayer que no se hubieran encontrado restos de pólvora en las manos del soldado cuando sé le practicó la prueba de la parafina porque él no había disparado el fusil, sino que se había disparado al caerse.

María Gabarrón fue alcanzada por un proyectil del calibre 7,62, que es el que se utiliza habitualmente para los fusiles cetme. El proyectil no fue localizado hasta seis días después de producirse el hecho. La bala fue encontrada por un vecino de la zona en el arcén central de la avenida de San Luis a unos 150 metros de donde cayó mortalmente herida María Gabarrón. Desde donde fue abatida se vea unos 50 metros, una garita vacía. Por detrás sobresale el balcón del piso superior de la residencia del coronel (un árbol se interpone en esta trayectoria). A más de 200 metros se distinguen las garitas de la entrada principal. A su derecha se aprecia la planta superior del edificio principal del cuartel.

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El capitán que tomó declaración al soldado transmitió estos hechos, por vía reglamentaria, al almirante de esa jurisdicción, que fue quien se lo comunicó telefónicamente a Jesús Calderón, magistrado del Juzgado de Instrucción número 26, que instruye las diligencias. Un portavoz del juzgado precisó ayer que seguramente hoy será llamada a declarar el soldado que ha confesado estos. hechos. La mismá fuente aseguró que, pese a la declaración de este soldado, prosiguen las. investigaciones para esclarecer los hechos y que el próximo día 5 han sido citados a declarar los jefes, oficiales y personal de tropa que se encontraban de guardia.

"La declaración del soldado no altera los planes de trabajo y de investigación que lleva a cabo el juzgado. La confesión del culpable no es una prueba definitiva", dijo un portavoz del juzgado. "Es un indicio más de los varios que manejamos, y habrá que probar cómo se produjeron los hechos".

"Que se haga justicia"

Restituto Abejón, marido de la víctima María Gabarrón, aseguró ayer, tras enterarse por la radio que un soldado se había declarado autor del disparo, que no se cree la versión de un disparo accidental. "Nadie apunta con un arma a una persona, amenos que tenga una intención". La hija de la'víctima, de 23 años, explicó ayer que se alegraba profundamente de que las cosas se aclaren."No podía ser de otra manera", explicó. "Las cosas estaban claras, sabíamos que la bala había salído del cuartel. Sólo pido que nunca vuelva á pasar unacosa parecida".

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