Los cristianos de base y los judíos recibirán mañana con frialdad al Papa en la RFA

La segunda visita del papa Juan Pablo II a la República Federal de Alemania (RFA), que comenzará mañana en Colonia, se ha visto precedida por fuentes críticas de las comunidades cristianas de base contra el programa de la estancia del Pontífice y su carácter, oficialista y acrítico. Asimismo, la prevista beatificación de la carmelita de origen judío Edith Stela, muerta en un campo de concentración bajo el nacionalsocialismo, y del padre jesuita muniqués Rupert Mayer ha provocado duros rechazos, tanto de la comunidad judía como de los cristianos de base, que lo consideran un intento de presentar a la Iglesia como parte de la resistencia al régimen nazi, lo que históricamente es falso.

La Conferencia Episcopal Alemana se ha negado a organizar una entrevista con el Papa solicitada por el grupo cristiano Iglesia de Base' (Kirche von Unten) para hacer llegar al Papa las preocupaciones de los creyentes integrados en grupos progresistas ante la actual política del VatícanoLos intentos del Vaticano de reivindicar con el viaje el su puesto carácter antinazi de la Iglesia ha levantado también críticas en la pequeña comunidad judía alemana.

Durante los cuatro días de su visita, Juan Pablo II realizará un intenso programa que le llevará a Colonia, Bonn, Muenster, Kevelaer, Essen, Gelsenkirchen, Múnich, Augsburgo y Speyer. El teólogo Hans Kúng, suspendido por el Vaticano en sus tareas -docentes, ha tachado el programa de efectista y de evitar todos los problemas reales de la Iglesia y, los creyentes.

Así, según Küng,- el hecho de que centenares de parroquias alemanas estén desiertas a causa de la rígida defensa del celibato sacerdotal o de la discriminación de la mujer hace que "el sacerdocio pase inadvertido en este viaje, que podría ser el de un presidente de. Estados Unidos".

Beata de origen judio

Respecto a la beatificación de Edith Stgin y Rupert Mayer, Küng manifestó que sólo tendría un valor real si la Conferencia Episcopal Alemana reconociese la culpa que recae sobre la Iglesia por el papel que jugó durante el nacionalsocialismo. Ni un solo obispo católico alemán se pronunció durante el nacionalsocialismo en defensa de los centenares de miles de judíos que eran deportados ,y asesinados.Según la Iglesia de Base, la beatificación de estas dos víctimas del nacionalsocialismo es rechazable por tratarse de una iniciativa tendente a falsificar la historia y ocultar la connivencia de la Iglesia católica con el régimen nazi. Según este grupo de comunidades de base, Juan Pablo II debía haber inaugurado durante su visita un monumento a las víctimas de todas las confesiones.

El presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, cardenal Julius Hoeffner, ha atacado duramente a la Iglesia de Base calificándola de anticatólica y relacionándola implícitamente con los nazis.