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Crítica:'DUELO AL SOL'
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Algo más que un 'western'

Hay caballos, revólveres y vaqueros, y ya sólo esa pequeña dimensión iconográfica acuña Duelo al sol al entramado del western. Pero Duelo al sol, aun siéndolo, es algo más que un western. Es, de alguna manera, un nuevo Lo que el viento se llevó (que también era algo más que un western), perpetrado por su mismo dios, David O'Selznick, siete años después.El filme, en efecto, aúna lo épico con el melodrama pasional para convertirse en un revoltillo de setas de, felizmente, sabor mayúsculo. Se puede ver Duelo al sol como una historia de amor, como una tragedia universal, como un canto encendido a los designios que rigen el destino del ser humano, como una fábula del progreso, como una . confrontación del hombre con la naturaleza, como una balada romántica sobre la naturaleza del hombre... Como todo eso puede verse Duelo al sol, pero siempre se ve bien y se goza mucho porque la pasta con que está cocinada la obra es de primera calidad.

Paralelismo

Como Lo que el viento se llevó, la operación Duelo al sol tiene sus anécdotas y tuvo sus dificultades. Sólo una diferencia: por aquellos días Jennifer Jones ya era la mujer del todopoderoso productor, y, por tanto, la elección de la actriz que debía encarnar a la mestiza Perla Chávez , no ocasionó el periplo por el que pasó la de Scarlata O'Hara. Por lo demás, el director previsto, King Vidor (también uno de los previstos de Lo que el viento se llevó), a pesar de dejar visibles su huella bíblica y su perenne lirismo, sólo rodó la mitad de la obra.

Ayudantes de dirección, el director artístico William Cameron Menzies (también autor de parte de Lo que el viento se llevó), el germánico William Dieterle y hasta alguien tan alejado del espíritu westerniano como Josef von Sternberg metieron su ojo en la filmación de una película, finalmente, de productor.

En cualquier caso, el resultado no puede dejar indiferente a nadie que se acerque a Duelo al sol con un mínimo de sensibilidad. Unos colores voluntariamente antinaturalistas y violentos, una música de Tiomkin delirante, un reparto de campanillas donde, al lado de los protagonistas Jones y Peck, desfilan los mejores actores del cine del tiempo, y una historia loca, muy loca, de pasiones desatadas con, como guinda final, el más disparatado de los desenlaces erizan los pelos del más pintado.

No alcanzó, claro está, el éxito de Lo que el viento se llevó, pero como melodrama desmelenado, western trascendido y salvaje poesía visual la iguala. Es un terremoto.

Duelo al sol se emite hoy, por TVE-1, a las 22.35.

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