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El sector textil, concreta en un plan a seis años sus intenciones para introducir la flexibilidad de plantillas

Cambiar jornadas de trabajo, suspender contratos por un período de hasta 90 días, poder interrumpir los temporales y pactar tasas de jubilaciones anticipadas como las de¡ último plan de reestructuración forman parte de las medidas previstas en el programa a seis años que acaba de elaborar la patronal textil, sector donde trabajan unas 400.000 personas. Este plan del Consejo Intertextil Español, la voz del sector ante la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) y la Administración pretende duplicar las exportaciones, aumentar la productividad a un ritmo del 3% anual y mantener el empleo global hasta el año 1992, cuando está prevista la puesta en marcha del mercado europeo unificado. Para entonces, el textil desea haber suprimido sus desventajas competitivas.

El programa del sector textil, primero que concreta sus estrategias con vistas a 1992, y sus pretensiones ante la llamada flexibilidad laboral han sido formulados tras el reciente acceso a la presidencia del Consejo Intertextil Español de Miguel Bosser, procedente del gremio de fabricantes de Sabadell. Esta patronal fue también la primera que lanzó, hace varios años, la propuesta de reducir las cuotas empresariales a la Seguridad Social con cargo a una subida de los tipos del impuesto sobre el valor añadido (IVA).Los objetivos del plan parten del siguiente diagnóstico: la situación de la industria textil es satisfactoria en utillaje, muy rígida en legislación laboral, tercera o cuarta a nivel mundial en cuanto a calidad y moda -tras Italia y Francia, sobre todo, que continúan siendo los países que gozan de mayor prestigio en este sector a nivel mundial- e insatisfactoria respecto al prestigio de los productos fabricados bajo el sufrido made in Spain.

Tras reseñar algunos datos de la coyuntura -creciente competencia exterior tras la rebaja de aranceles y los aumentos de cuotas de entrada, pérdida de competitividad por la vía de las desgravaciones y la inflación y una demanda que exige más sofisticación y creatividad-, el programa formula como grandes objetivos el reducir algunos costes hasta niveles europeos antes de 1992 (citan los de materias primas, energía, financiación y Seguridad Social), el mejorar la valoración comercial del producto y el mantener el empleo global merced a un aumento anual de las ventas del 3% que compense los incrementos en la productividad.

Terapéutica prevista

Entre la terapéutica prevista para conseguir todos estos objetivos y duplicar las exportaciones, elevando de su actual cuota del 30% a otra del 50% los artículos con creatividad incorporada, destacan:

- Laborales. Pedir al Gobierno que equipare al textil con las actividades que gozan de jornadas especiales (como ocurre en el caso de la minería); establecer una comisión interministerial que asuma facultades decisorias y vinculantes para la Administración en dos planos: la suspensión de condiciones contractuales en cualquier período del año por un máximo de 90 días (con exoneración del pago de cuotas a la Seguridad Social y sin descontar este período de posibles prestaciones de desempleo en caso de eventual y posterior despido) e implantar sistemas de trabajo ininterrumpido para las empresas que hayan realizado inversiones.

También se solicitan contratos temporales en las temporadas bajas, posibilitando nuevas contrataciones en iguales condiciones, al extinguirse el período de tres años actualmente prorrogable; un sistema de rejuvenecimiento de las plantillas mediante una tasa de jubilaciones anticipadas, realizadas al estilo de las del plan de reestructuración, y sustitución por personal cualificado joven.

- Industriales. Se solicita la rebaja de aranceles de materias primas, lana y monómeros; aumentar las horas-máquina; agilizar los trámites de importación de maquinaria; suprimir aranceles de los productos químicos y colorantes que no se fabriquen en España; rebaja del 3% de suplemento de cuota a la Seguridad Social por los antiguos planes de reestructuración.

- Fiscales. La patronal del textil pide libertad de amortización de nuevas inversiones en función de las depreciaciones de las monedas y de nuevas tecnologías; replantear para las pequeñas y medianas empresas -casi 7.000 en el sector- el valor fiscal estimado de las acciones que no cotizan en bolsa a efectos de patrimonio; adecuar a estas empresas el impuesto sobre sucesiones.

- Defensa del mercado. Se reclama la transferencia de parte del coste de la Seguridad Social a las mercancías importadas, mediante el trasvase de las cuotas al IVA; introducir la ficha técnica para la vigilancia de las importaciones textiles que han implantado los italianos; aplicar de forma estricta el reglamento comunitario sobre protección del mercado; controlar rigurosamente las características teóricas de los productos importados.

Mejorar la financiación

- Financieras. El sector pretende mejorar la financiación de exportaciones y adecuar a nivel comunitario los intereses del Banco de Crédito Industrial; mantener los avales del Instituto de Crédito Oficial (ICO) y subvencionar los intereses vía fomento del empleo.

- Valoración del producto. Se pide mayor asignación presupuestaria a la marca Calidad España, con un logotipo común; fortalecer los movimientos de la moda; subvenciones para estudios de tallas.

- Ampliación de mercados. El sector demanda seleccionar a las empresas que, con ayuda oficial elevada hasta el 50% del coste real, concurran a ferias u otros certámenes; fomento del intercambio con países de economía de Estado, mediante operaciones de trueque con petróleo u otros productos; apertura de oficinas permanentes del textil en Norteamérica, y fomentar los mercados de Extremo Oriente.

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