El máximo órgano de la UGT elude pronunciarse sobre un eventual apoyo electoral al PSOE

El comité confederal de la Unión General de Trabajadores (UGT) eludió en su última reunión, celebrada el pasado viernes, pronunciarse en apoyo de la campaña del PSOE para las próximas elecciones municipales, autonómicas y europeas. Cualquier decisión a este respecto corresponde ahora a la ejecutiva federal del sindicato, aunque, según destacados dirigentes ugetistas, es probable que tampoco se pronuncie, sino que deje la decisión a las ejecutivas regionales. El secretario general, Nicolás Redondo, rehusó ayer aventurar si la UGT realizará alguna declaración política.

Redondo se limitó a recordar que no existe precedente de que el máximo órgano de la central sindical socialista haya acordado realizar una campaña de apoyo de las candidaturas del PSOE.Antón Saracíbar, secretario de organización, precisó que las posibilidades que se le presentan a la ejecutiva federal de UGT -que, según dijo, "tampoco se definió en las anteriores elecciones municipales y autonómicas"- son renunciar a un pronunciamiento, expresar su apoyo o inhibición ante la carnrafla socialista o delegar en las ejecutivas regionales la adopción de la actitud que consideren mas lógica en cada caso. Según un destacado dirigente del sindicato, esta última se perfila como "la hipótesis más razonable".

Los dirigentes ugetistas, que en otras ocasiones han expresado colectivamente la opinión que les merecía el programa electoral del partido socialista, señalaron que ésta vez no han podido hacerlo porque a las mismas horas en que se encontraban reunidos el pasado viernes, el comité federal del PSOE discutía su "manifiesto municipal".

En el debate sobre el infor me de la gestión de la comisión ejecutiva federal de UGT, que fue presentado por Nicolás Redondo e incluyó duras críticas a los diversos responsables de la política económica del Gobierno, se produjo un momento de notable tensión. Antonio Puerta, secretario general de la fede ración del metal, opinó que UGT se está dejando llevar en algunos aspectos por Comisiones Obreras. Dicha observación obtuvo, al parecer, una agria réplica de Nicolás Redondo.

Incompatibilidades

Varios de los intervinientes en el debate propusieron que si continuan las divergencias con el Gobierno se considere la posibilidad de hacer incompatible a los dirigentes del sindicato el desempeño de determinados cargos en el PSOE. En éste contexto, Redondo recordó su disponibilidad para poner su escaño de diputado a disposición del Partido Socialista.

Al final, la gestión de la ejecutiva ugetista fue aprobada por 114 votos a favor, ningún voto en contra y las abstenciones de Matilde Fernández -miembro de la ejecutilva federal del PSOE y secretaría general de la federación de Químicas-, otra dirigente de la misma federación, y Germán Jurado, de la ejecutiva de la federación del Metal.

En una conferencia de prensa celebrada ayer para explicar el desarrollo de la reunión del comité confederal, tanto Redondo como Saracíbar hicieron un llamamiento al Gobierno para que abandone su intransigencía sobre el tope de aumento de los salarios y facilite "la vuelta a la normalidad laboral" y el restablecimiento del "diálogo social".

Pero, a la vez, ambos señalaron que difícilmente habrá un acercamiento entre el Ejecutivo y el sindicato mientras el Gobiemo no actúe con más flexibilidad en las negociaciones con los trabajadores de las empresas públicas.

"El diálogo social", comentó el líder de UGT en tono de ad vertencia, "debe tener un contenido y una meta que debe ser afrontar las desigualdades, los privilegios y los corporativismos. Se diga lo que se diga, Esparía sigue siendo uno de los países más injustos de Europa, y por primera vez desde hace 18 años, las rentas del trabajo son inferiores a las rentas del capital".

Previsibiemente influido por la cercanía de las elecciones municipales, autonómicas y al Parlamento Europeo, Nicolás Redondo mostró un perceptible interés en precisar que UGT no plantea "como un pulso ni como una pretensión de ganar a nadie" su reivindicación de aumentos salariales del 7%, frente al 5% solicitado por el Gobierno.

En una exposición dirigida a desmontar las críticas contra su sindicato por el Gobierno, Redondo manifestó que "si no ha habido concertación salarial en este año ha sido por responsabilidades ajenas a UGT", y sostuvo que la central sindical ha tenido en cuenta la inflación prevista por el Ejecutivo y ha mantenido una moderación salarial.

"No entendemos", comentó con cierta indignación Redondo, "que desde ámbitos que no son la derecha política o sociológica se diga que nos hemos radicalizado. Eso es un infundio. Así que eso que están diciendo no es nada nuevo, ni nada inteligente".

Discrepancias

En su resolución final, el comité confederal de UGT atribuyó la conflictividad social a "la intransigencia de la posición empresarial y a la interferencia beligerante del área económica del Gobierno, respaldando las propuestas Salariales de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) y motivando a mantenerlas con promesas de futuras compensaciones adicionales".

Durante toda la conferencia de prensa dedicada a explicar el desarrollo de la reunión del comité confederal de UGT, Redondo evitó "dimensionar", según su propia expresión, las divergencias con el Gobierno. "Tenemos discrepancias que no son sólo salariales, sino también sobre la privatización de las einpresas públicas, el recorte de ias prestaciones sociales e incluso la política fiscal, pero que sumadas no suponen una descalificación global. Así que tampoco deben ser tantas. Esta organización no quiere una política de acorralamiento al Gobierno. Punto".

En consonancia con esto, pero también con ostensible ironía, comentó que UGT no exige la dimisión del ministro de Economía y, Hacienda, Carlos Solchaga, entre otras razones porque "en. este país, al mínistro que se le pide que dimita se le refuerza".