El Banco Central incrementa un 40% sus beneficios y sube el dividendo
El Banco Central cerró el ejercicio del pasado año con un total de 40.000 millones de pesetas en inversiones crediticias comprometidas con países en dificultades, lo que representa una reducción del 28% sobre las cifras del año anterior, declaró ayer Alfonso Escámez, presidente de la entidad, en la junta general de accionistas. Los beneficios antes de impuestos del primer banco nacional se elevaron a 26.620 millones de pesetas, con un aumento del 40%, lo que ha permitido alimentar el dividendo a los accionistas, que había estado congelado en los dos ejercicios anteriores.
A lo largo de 1986, el Banco Central ha seguido la pauta de otras entidades financieras españolas y ha reducido su "riesgo país" a 40.000 millones de pesetas. Alfonso Escámez anunció que, en 1987, esta cantidad quedará fuera del balance del Banco Central, al continuar la política de venta de estos activos.La cobertura de estos riesgos superaba, a finales de 1986, los 9.414 millones de pesetas, equivalentes al 20% del total, lo legalmente exigido por el Banco de España.
El presidente del Banco Central se mostró especialmente crítico con las entidades extranjeras que operan en España y que han iniciado, en su opinión, una loca carrera en la subida de tipos de interés que pagan por los depósitos de clientes. Para Escámez, no se puede ofrecer el 10 % o el 11 % para depósitos a muy corto plazo cuando hay una importante cantidad de ahorradores privados que han ido colocando su dinero a tipos mucho menores y a plazos que superan los dos o tres años.
Competencia desleal
El razonamiento del presidente del Banco Central es similar al argüido por otros grandes bancos nacionales que señalan que hace unos años la banca extranjera forzó a la baja los tipos de interés de sus operaciones de activos, obligando a la banca nacional a seguir este camino, y ahora, cuando los tipos de interés del mercado interbancario están subiendo, aprovechan para elevar la retribución del pasivo captado directamente del público, obligando a la banca nacional a hacer lo mismo si no quiere perder cuota de mercado.En su intervención ante la junta general de accionistas, Alfonso Escámez hizo referencias a la participación accionarial que detentan inversores extranjeros en el Banco Central y cifró esta presencia en el 13% del capital del banco.
De este porcentaje, algo menos del 5%. pertenece al grupo kuwaití Kio, a través de una sociedad suiza especializada en gestión de patrimonios, que se comprometió a mantener la inversión durante dos años y depositar las acciones en el propio banco.
Los inversores árabes elevaron ayer en el Consejo de Administración su presencia en la junta de accionistas y, según Escámez, no han mostrado ningún interés en ocupar una plaza en el Consejo de Administración.
Escámez señaló explícitamente que el grupo extranjero no tiene "compromiso de apoyo a ningún miembro del consejo" y que, en todo caso, no se habría permitido una actuación de este tipo.
La venta de este paquete accionarial proporcionó una plusvalía de 8.000 millones de pesetas a la Sociedad Española de Inversiones, de donde salió la mayor parte de las acciones vendidas, y al fondo de pensiones de los trabajadores del Banco Central, que vendieron el resto hasta completar el 4,95% del grupo Kio.
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