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EL JUICIO SOBRE EL SÍNDROME TÓXICO

"La venta no iba bien en Leganés"

J. Y. / A. G. El interrogatorio de Cándido Hernández Galán, copropietario de Raelca junto con los hermanos Ferrero, le dio oportunidad de exasperar al público presente -en su mayor parte, enfermos del síndrome tóxico- sobre todo cuando indicó que a los vendedores les iba mal el negocio en Leganés.

Esa localidad madrileña, de cerca de 200.000 habitantes, situada al sur del cinturón industrial, registró el mayor número de afectados por el envenenamiento masivo.

Esta parte del interrogatorio del fiscal se desarrolló así:

-¿Iba usted alguna vez a vender aceite?

-No.

-Pero alguna vez sí que iba.

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-Bueno, si había que llevar algún pedido,

-¿Adónde llevaba el aceite?

-A Vallecas.

-¿A qué vendedores? No lo sé.

-¿Y qué le decían los vendedores?

-No me decían nada.

-Hombre, al menos le saludarían ¿no?

Hernández no sonríe, al contrario que el resto de la sala.

-¿Les entregaba usted factura?, insiste el fiscal.

-Sí.

-¿Y qué ponía en la factura?

-No lo sé. Yo no la miraba.

-¿No miraba la factura?

-No.

-¿Y les cobraba?

-No lo recuerdo.

-¿Los vendedores le pagaban con letras o con cheques?

-No lo sé, no me acuerdo.

-Pero por lo menos le pagaban,¿no?

-No lo recuerdo.

-¿Le comentaban cómo les iba la venta?

-A algunos les oí decir que en Leganés no iba bien la venta.

-¿Por qué se acuerda usted precisamente de Leganés?

-Porque es el comentario que hicieron.

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