Pilotas
Que una mujer implore ser pilota de un caza, que otra pretenda trabajar de sacerdotisa, que cualquier otra señora solicite plaza entre la tripulación de un submarino parece un escándalo. Pero todo ello lo resolvieron anticipadamente los soviéticos mezclando los sexos en las naves espaciales, y mucho antes Fourier y el Colegio Estudio. En realidad, el aprendizaje de la convivencia intersexual fuera del matrimonio empieza a tener tan profusa historia que resta atractivo a la inesperada visita de una mujer. Ni siquiera en la vida política, con ejemplos que llegan hasta la alcaldía y las coordinadoras de barrio, puede tenerse por una desazón la presencia femenina. En conjunto, puede afirmarse que las mujeres han perdido novedad y con ello el bruñido relente de su sexo. Es probable que esto haya beneficiado su promoción social y su optimismo. Pero es sobre todo seguro que ha suscitado un gran efecto de mansedumbre libidinal en el mundo.La evocación de las chicas a granel, la alusión a sus pechos o la mención de la palabra bragas levantaba una emoción que va siendo gradualmente desmentida por el caso concreto de una rectora, una inspectora de Hacienda o una jueza en funciones. La consecuencia es que la economía política del erotismo ha pasado de ser categoría universal a un tú a tú contingente, cuerpo tatuado frente a otro cuerpo tatuado. En este nuevo sistema los seres homologables, con iguales derechos y lenguajes son, en coherencia, homosexuales, y el cuerpo femenino como tal, deja poco a poco de ser "la diferencia" para convertirse en una variante entre los surtidos de la carne. Se han atenuado así las pasiones de neta inspiración antropomórfica y casi todas las conspicuas excursiones hacia aquellos míticos lugares que supuestamente poblaban el cuerpo de la mujer. Ya no existe el emblema del paraíso femenino. Quedan paraísos, pero sus domicilios no tienen nombre. La sexualidad prevalece sobre el sexo. Y los amantes, en adelante, configuran su placer, cuando pueden, con los labios, la aorta o las nalgas de toda la especie.
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