Gritos contra el Gobierno en el funeral por el guardia Civil fallecido en Barcelona
Unas 1.000 personas asistieron ayer al funeral por el guardia civil Antonio González Herrera, fallecido el pasado viernes al estallar un coche bomba aparcado a la entrada del puerto de Barcelona. Al finalizar la ceremonia, que tuvo lugar en el Gobierno Civil, unas 30 personas profirieron gritos contra el Gobierno y a favor de la Guardia Civil y lanzaron monedas a las autoridades. El atentado, supuestamente perpetrado por la organización terrorista ETA, aún no ha sido reivindicado.
El oficiante de la ceremonia, el capellán de la Policía Nacional Valentín Rodríguez, pronunció una homilía en la que condenó enérgicamente el atentado. "El terrorismo", afirmó, "es el enemigo número uno de la sociedad, y ETA lo ha exportado hasta Cataluña para extender una lucha que los catalanes ni entienden ni comparten". A la ceremonia asistieron, entre otras autoridades, el ministro de Defensa, Narcís Serra; el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol; y, el director general de la Guardia Civil, Luis Roldán, quienes declinaron efectuar declaraciones sobre las investigaciones que se siguen para desarticular la infraestructura de ETA en Cataluña.Al finalizar el funeral, unas 30 personas que se habían concentrado frente al Gobierno Civil con una pancarta de las Juntas Españolas -movimiento político auspiciado en 1985 desde el periódico El Alcázar- profirieron gritos contra el Gobierno y contra la organización terrorista vasca -"ETA asesina, Gobierno culpable"; "contra ETA, metralletas"- y lanzaron vivas a la Guardia Civil, al tiempo que arrojaban monedas sobre los coches de las autoridades.
Antonio González Herrera es la única víctima mortal del atentado ocurrido el viernes junto al muelle España del puerto barcelonés, en el que resultaron heridas otras 18 personas. De estos heridos, sólo permanece ingresado en un centro hospitalario el guardia civil José Lobato Ledesma, cuya evolución es favorable, según fuentes médicas. Gónzalez, de 26 años de edad, nació en Ciudad Real e ingresó en la Guardia Civil en marzo del año 1981.
González perteneció durante cinco años a los Grupos Antiterroristas Rurales (GAR) en el País Vasco, destino que abandonó para trasladarse a Logroño y, posteriormente a Barcelona, ciudad a la llegó el pasado mes de agosto.
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