La Guardia Civil libera a los 4 directivos de Cunosa retenidos por los trabajadores
A las 4.15 de ayer, una sección de las Unidades Especiales de Intervención de la Guardia Civil (UEI), con base en Madrid, irrumpió en la factoría Cunosa para liberar a los tres directores retenidos que, a aquella hora, se habían convertido en cuatro con la incorporación voluntaria del jefe de seguridad, Paulino San Emeterio. Este, zarandeado por los trabajadores, que le exigían la entrega de las llaves para encerrarse en el interior de la factoría, había optado por autorretenerse junto a los demás.
Los UEI contaban con la cobertura logística de más de cien .antidisturbios" llegados a la zona, sólo media hora antes, procedentes de León. La operación de rescate duró apenas tres minutos. Los UEI saltaron aparatosamente, con asombrosa exhibición de aptitudes físicas y profesionales, desde lo alto de su autobus al recinto fabril. Tras derribar con estrépito la puerta de hierro y cristal de acceso a las oficinas y subir, provistos de una especie de mangos de azada y profiriendo alaridos, las 21 escaleras que conducen a la primera planta, se vio a los retenidos salir al trote y en volandas flanqueados por sus liberadores, un minuto más tarde.La retención se prolongó 14 horas y 15 minutos pero pudo haber finalizado dos horas antes de no haber, probablemente, planeado sobre Madrid el "síndrome Reinosa".
A las dos menos cuarto de la madrugada el teniente coronel jefe de la Guardia Civil de Santander, Tomás Sariz, se había acercado a las puertas de la factoría para negociar con los miembros del comité de empresa. Tras un cortés "buenas noches", el jefe, procedente del cuartel cercano de Ampuero y rodeado de sus mejores efectivos, dialogaba con los representantes de los trabajadores. Lo mismo que en Reinosa, se produjeron entonces idénticas ambigüedades.
Cinco minutos para salir
"No tenemos secuestrado a nadie", se disculparon los obreros, "los directivos en ningún momento han dicho que quieran abandonar la fábrica" Sariz, sin perder la serenidad, impuso un plazo de cinco minutos para acabar con la situación. Pero la liberación no sobrevendría hasta dos horas más tarde.
Sólo diez minutos después de haberse retirado de la puerta cerrada de la industria, los obreros celebraron una asamblea relámpago y comunicaron a los periodistas y a sus rehenes que la decisión estaba tomada: no deseaban ninguna confrontación con la fuerza pública y ésta podía penetrar libremente y llevarse a los retenidos. Incluso éstos, si lo deseaban, tendrían las puertas abiertas para marchar.
Sin embargo, cien antisturbios, una veintena de UEI más los efectivos de la comandancia de Santander irrumpieron dando alaridos y armados con largas porras en la factoría para liberar a los retenidos, dos horas después. La contestación de los trabajadores a los asaltantes se redujo a un insulto proferido desde las ventanas. Fue toda su resistencia.
Por otra parte, el presidente de Magefesa ha retirado la solicitud de 200 rescisiones de contratos que había presentado ante la Delegación de Trabajo de Vizcaya, tras llegar a un acuerdo con las centrales sindicales CC OO y UGT, informa Migo Gurruchaga. La plantilla actual de las empresas de Magefesa en el País Vasco ronda las 550 personas, cien más que las previstas en el plan.
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