El Papa visita al ex presidente Pertini en un hospital romano

Sandro Pertini, el popular ex presidente de la República que ha cumplido ya 90 años, recibió ayer tarde en la sala de reanimación del policlínico Umberto I, de Roma, donde se halla hospitalizado, la visita de su amigo el papa Wojtyla. Pero Sandro, como lo llama la gente, o el presidente, como le gritan aún por la calle los niños, no pudo ver a Juan Pablo II, porque en aquel momento (eran las seis menos cuarto de la tarde), se hallaba amodorrado, probablemente por efecto de las medicinas.

El Papa se quedó en la puerta de la sala de reanimación, donde se halla aislado Pertini, y tuvo que contentarse con hacerle compañía desde lejos durante media hora, rezando en silencio por su salud.

Esta mañana el amado ex presidente de la República será sometido a una operación para colocarle un marcapasos. Sobre su estado real de salud, los médicos mantienen una cierta reserva.

Ayer Pertini pasó la jornada entre momentos de lucidez y somnolencia, pero los médicos han confirmado que el anciano ex presidente no pierde su fuerte temperamento. Incluso quiso volverse ya a su casa, y hasta se enfadó con una enfermera, quejándose de que la cuchilla de afeitar "estaba sucia". Entre refunfuñón e irónico añadió: "No vaya a ser que me pesque el SIDA".