Acuerdo entre Pekín y Lisboa para que Macao sea chino el 20 de diciembre de 1999

Macao, la colonia europea más antigua en territorio de Extremo Oriente, pasará a soberanía de la República Popular China el 20 de diciembre de 1999, según acordaron ayer en Pekín las delegaciones de los Gobiernos de China y Portugal. "Hemos llegado a un acuerdo final", anunció ayer el embajador de Portugal en Pekín, Octavio Valerio, dando por concluida la cuarta ronda de negociaciones entre ambos países a propósito del futuro de Macao.

Macao, colonia portuguesa desde 1557, situada sobre la costa meridional de China, a unos 50 kilómetros al este de Hong Kong, tiene una extensión de 15,5 kilómetros cuadrados y en su territorio viven unos 400.000 habitantes, el 98% de origen chino. El territorio comprende una península y dos islotes, Tapia y Coloane.Después de nueve meses de negociaciones, portugueses y chinos han llegado a un acuerdo, que será ratificado el 26 de marzo por ambas delegaciones, encabezadas por el viceministro chino de Asuntos Exteriores, Zhu Nan, y el embajador portugués ante las Naciones Unidas, Rui Medina. El texto será firmado en abril en Pekín, informa desde Lisboa Nicole Guardiola.

El comunicado señala que las negociaciones se desarrollaron en ambiente de "cordialidad y buen entendimiento" entre las dos partes, a pesar de algunas dificultades que demoraron su fase final.

Para los habitantes de Macao la noticia del acuerdo de devolución del territorio a China no parece causar gran inquietud, sobre todo al asegurarse la minoría macaense de origen portugués de que dispondrá de pasaporte nacional portugués como garantía para poder salir de lo que será territorio nacional chino en la frontera del año 2000, informa desde Tokio Ramón Vilaró.

El negocio del juego

También hay garantías para la continuidad del pingüe negocio de los casinos de Macao, fuente que genera casi el 40% de las finanzas públicas locales y satisface la principal pasión -el juego- de los chinos de ese territorio y de Hong Kong.Para Pekín, la recuperación de Macao, una plaza comercial cedida a Lisboa a cambio de su apoyo en la lucha contra los piratas que infestaban los mares de la China hace 500 años, es, después del acuerdo con el Reino Unido sobre Hong Kong, la segunda etapa del plan para "completar la reunificación china", cuyo tercer y más problemático objetivo es Taiwan.

Para los portugueses, y hasta una fecha reciente, Macao tuvo una importancia relativa, como apoyo para la navegación y el comercio, y punto de referencia cultural y religiosa.

Los chinos de Macao tienen sus representantes en el pequeño Parlamento local pero también en la Asamblea Popular de Pekín. Cuando fueron establecidas, en 1978, las relaciones diplomáticas entre Lisboa y Pekín, los dirigentes chinos fijaron, en un documento que permaneció secreto hasta hace pocos meses, la fecha aproximada del fin de la presencia portuguesa en Macao.

China puso entonces a los dirigentes portugueses en guardia contra la tentación de alterar el estado actual y exportar al territorio de Macao los cambios democráticos verificados en la metrópolis lusa.