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Disturbios integristas en Egipto en vísperas de las elecciones

Los ataques de grupos integristas musulmanes a miembros de la minoría cristiana copta son el principal problema de orden público en Egipto a menos de dos semanas de la celebración de las elecciones legislativas, el próximo 6 de abril. Asiut, Minié, Beni Suey y Sohag son localidades del alto Egipto agitadas últimamente por disturbios callejeros, originados muchas veces por rumores acerca de supuestas prácticas mágicas de los cristianos.El viernes es el día más temido por las fuerzas encargadas de la seguridad en el alto Egipto. Todo suele empezar tras la plegaria celebrada en la mezquita principal de cada localidad. El pasado viernes fue el turno de Sohag, a 471 kilómetros al sur de El Cairo, donde cientos de fieles salieron de la mezquita Al Ansar con propósitos incendiarios. La policía les dispersó con gases lacrimógenos y duros combates cuerpo a cuerpo. El saldo de la batalla fue de 22 heridos y 30 detenidos.

Esta vez la policía estaba prevenida. En la misma ciudad, a finales del pasado febrero, los integristas habían incendiado una iglesia y quemado numerosos comercios cristianos. El origen de su furor estaba en un cortocircuito accidental que había destruido una pequeña mezquita de madera. Los musulmanes creyeron que el suceso había sido provocado por los cristianos y, tras la plegaria del viernes, se entregaron a la venganza.

Muchos habitantes de Egipto creen aún en la magia. El mismo día de febrero en que ocurrieron los incidentes de Sohag, la localidad de Beni Suey conoció enfrentamientos semejantes. Esta vez los musulmanes reaccionaron a unos rumores que afirmaban que los cristianos arrojaban un polvo de poderes mágicos sobre los trajes de las mujeres veladas. Dicho polvo, creían, tenía la virtud de hacer aparecer cruces indelebles sobre los vestidos después de un primer lavado.

La del polvo mágico es una historia vieja. En diciembre y enero pasados, ese mismo fantasioso rumor provocó batallas entre musulmanes y cristianos en la ciudad de Minié.

Fue en Minié donde, el pasado 16 de marzo, el presidente egipcio, Hosni Mubarak se pronunció en público por primera vez acerca de los actuales conflictos entre musulmanes y cristianos. Mubarak había ido allí a inaugurar un puente sobre el Nilo y aprovechó la ocasión para afirmar que "todos los ciudadanos, y no sólo la policía, tienen la responsabilidad de hacer frente a los que siembran la disensión entre hombres que pertenecen a una misma patria". Mubarak pidió a los responsables de las mezquitas, las iglesias y los medios de comunicación que impidan la extensión de un problema que "amenaza la unidad nacional".

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