Un 'miura' musical

Como lector civilizado, es decir, normal, de su periódico he quedado perplejo cuando, al recorrer el número del día 11, me detuve en las páginas de espectáculos.Los lectores de EL PAÍS sabemos que es un diario moderno e independiente. Lo que no sabía yo es que entre sus colaboradores figurase también algún inquilino del manicomio municipal de Sevilla. No hay más que echar una ojeada a un artículo que, bajo el epígrafe Música antigua, se titula 'Un miura musical', para darse cuenta de hasta qué punto puede llegar el reblandecimiento del órgano microcerebral de algunos sujetos de estirpe cantinflera. ¿Son tan pillos, dentro de su horterismo, y están tan bien aleccionados (y pagados) que ya quieren metemos los pitones, las orejas y los rabos hasta en la música clásica?

Por favor, director, más seriedad. Una mendicidad medieval ha resurgido esplendorosamente junto con carnavales, festuchas y otras lacras, como en los mejores tiempos de la España mugrienta y sempiterna. Los matones y navajeros invaden nuestras calles y llenan las plazas de toros, como para demostrar al mundo entero el nivel cultural en el que aún nos debatimos. No deje usted, director, que una inculta patente disfrazada de chulería prepotente inunde también las páginas de su periódico, que se denomina independiente y europeo, pero que, al mismo tiempo, se permite el lujo de tomar el pelo a sus lectores publicando cosas como el articulete de marras.-

, Málaga.