Ardanza quiere dinamizar la autonomía vasca con apoyo de la Administración central
El lehendakari José Antonio Ardanza anunció ayer que uno de los objetivos a corto plazo del Gobierno de coalición que preside es reabrir unas relaciones fluidas con la Administración central, paralizadas desde las elecciones legislativas de junio de 1986, con el fin de dinamizar el desarrollo autonómico de Euskadi. Ardanza precisó que no está prevista en las próximas fechas una reunión con Felipe González. El presidente del Ejecutivo vasco pidió a la sociedad un margen de confianza para su Gabinete, integrado por miembros del Partido Nacionalista Vasco y del PSOE de Euskadi."Pediría que no se ponga la venda antes que la herida", dijo Ardanza para añadir seguidamente que la existencia de discrepancias entre los partidos coaligados no supondrá crisis.
Ardanza se alegró de que Herri Batasuna hubiera considerado la posibilidad de llamar a la población vasca a practicar la desobediencia civil contra las decisiones de su Ejecutivo. "Ójala ya sólo tengamos resistencias civiles, sólo civiles, lo cual sería muy bueno, y no ya de otro tenor; eso querría decir que están dispuestos a entrar por la vía de lo civil", añadió.
El primer Consejo del nuevo Gobierno vasco adoptó, en el terreno resolutivo, la decisión de que el Consejo Vasco de Finanzas, el órgano que fija las aportaciones de las provincias a la hacienda común, sea presidido por el vicelehendakari, Ramón Jáuregui. Esta es la primera vez que un socialista accede a un cargo semejante. Juan Ramón Guevara (PNV) presidirá la Comisión Mixta de Transiérencias, que el Gobierno pretende revitalizar.
En el terreno de los objetivo inmediatos, el lehendakari aseguró que su equipo quiere ultimar el presupuesto de 1987 para la segunda quincena de abril y que se relanzará el Consejo Económico y Social, punto de encuentro entre los interlocutores sociales, y la elección del ararteko (defensor del pueblo vasco).
El desarrollo autonómico se concretará, según Ardanza, en un incremento de los integrantes de la Ertzaintza, la vuelta al diálogo con Madrid sobre problemas agrícolas, la rápida transferencia de Insalud e Inserso, la normalización de la radio y televisión vasca y la inmediata asunción de compentencias en materia de justicia. El lehendakari estimó que el Gobierno vasco marcará su propia impronta de actuación para el resto de la legislatura, una vez que: haya dado carpetazo a los presupuestos de 1987.
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