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Una escuela infantil de Aluche decide cerrar cada vez que sufra un robo

El equipo directivo de la escuela infantil Las Maravillas, de Aluche, dependiente de la Comunidad, que ha sido desvalijado nueve veces desde febrero, ha decidido no admitir niños cada día que descubran un nuevo robo en el centro. La medida ya se ha empezado a aplicar tras los dos últimos robos, el 5 y el 11 pasados. El centro acoge a un centenar de niños de cero a seis años.

La asamblea de los padres, por su parte, ya ha decidido no pagar las cuotas de marzo, y estudia otras medidas de presión ante la Comunidad para que resuelva el problema de seguridad del centro.

Las nueve educadoras, más dos maestras de preescolar y las seis empleadas de la cocina, se muestran de acuerdo en no coger niños el día que se encuentren la guardería desvalijada al llegar: "Siempre hemos denunciado el hecho a la policía y a la Comunidad, pero hemos tenido que tomar esta decisión porque así no podíamos seguir".

Objetos sustraídos

En la interminable lista de lo robado se incluye un equipo de megafonía, seis radiocasetes, dos proyectores, planchas, radiador eléctrico, máquina de escribir, una máquina fotográfica y tocadiscos, en el capítulo de los electrodomésticos; libros, plastilina y rompecabezas, en el del material didáctico; dos vajillas completas, termos, cafeteras, cubiertos, edredones, chándals, estanterías, cortinas, en el de menaje, y las existencias de leche, café, aceite, cacao, pastas y huevos, en comida.La última vez se llevaron también dos grandes cacerolas con un guiso de carne y patatas, preparado para la comida del día, y arramplaron con el pobre Pelusín, el hámster amigo de los niños, con jaula y todo. "Al parecer, todo el mundo sabe quiénes son, menos la Comunidad y la policía", dicen algunos de los padres.

Consuelo, directora del centro, explica que, aparte de la obsesión que están cogiendo los niños con los robos, aparte del problema práctico de atenderles el día en que ocurren, hay una cuestión sanitaria y de seguridad por medio, porque los asaltantes dejan tras de sí un rastro de jeringuillas y toallas manchadas de sangre y de cristales rotos, cuando no sus propios orines y heces en las tarteras y en las clases.

Aunque son conscientes del perjuicio que con ello causan a los padres, trabajadores asalariados en su mayoría, las educadoras se preguntan hasta qué punto pueden hacerse responsables de la marcha de la escuela en esas condiciones. La Comunidad ha prometido que se instalará una alarma en el centro, conectada con la Policía Municipal.

Por otra parte, la Federación de Servicios Públicos de la UGT ha solicitado la convocatoria de una semana de huelga en abril y otra en mayo en todas las guarderías y escuelas infantiles que dependen de la Comunidad, en protesta por la no homologación de los cerca de 1.000 trabajadores de este sector con el resto del personal, informa Europa Press.

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