Hong Kong, pendiente de la evolución interna en China
Pekín garantiza la fórmula 'un país, dos sistemas'
RAMÓN VILARÓ, ENVIADO ESPECIAL, Los 5,5 millones de habitantes de Hong Kong siguen con preocupación el desarrollo de la política interna china y, en particular, la amplitud que puede adquirir la campaña contra el liberalismo burgués, que podrá tener consecuencias para el futuro de la actual colonia británica cuando, en julio de 1997, este territorio quede bajo soberanía china, en cumplimiento del acuerdo de 1984 entre el Reino Unido y China.
Por lo pronto, entre gran parte de la clase media alta local se ha desatado una verdadera caza de pasaportes de otros países para poder emigrar si la situación se hace muy dificil a partir del año 1997.La República Popular China, que ya cuenta con varios bancos y empresas en Hong Kong, ha iniciado entre tanto una discreta campaña de captación de nuevos militantes para el Partido Comunista Chino (PCCh), presente en la colonia británica desde 1921, que ha experimentado un rápido crecimiento en los últimos años, hasta superar los 3.000 miembros.
China ha dado garantías de que no habrá cambios en la política de un país, dos sistemas, según la cual, Hong Kong seguirá manteniendo, al menos durante 50 años, su actual estructura capitalista, incluso bajo soberanía china. Así lo reafirmó recientemente en el Consejo de Estado chino Ji Pengfei, director general para Hong Kong y Macao.
"Pero las cosas no son tan fáciles ni seguras con vistas al futuro", explica un periodista de Hong Kong. Gran parte de la opinión pública espera la celebración de elecciones libres en 1988 para un nuevo Consejo Legislativo, equivalente al Gobierno de Hong Kong, pero Pekín se opone activamente al principio de elecciones libres", que considera que puede ser interpretado como un ejemplo de liberalismo burgués.
Entre los hombres de negocios de Hong Kong -sin duda el centro comercial -más activo de Asia, donde las fortunas se hacen y a veces se deshacen en dos días- hay inclinación a dejar las cosas tal como están, oponiéndose a la celebración de elecciones directas para el nuevo Consejo Legislativo. Una postura similar tiene la influyente comunidad china.
Un foco de conflictos
"Podría ser un foco de conflicto para la futura estabilidad de Hong Kong, que, seamos pragmáticos, a fin de cuentas pasará a ser territorio chino en 1997", expone un banquero europeo con sede en Hong Kong.
China insiste en que Hong Kong deberá gobernarse a través de una ley básica, en cuyos preparativos trabajan actualmente personalidades de Pekín y Hong Kong. .
Esta ley marcará los límites de autonomía política y social que China estará realmente dispuesta a dar a la colonia británica cuando pase bajo control de Pekín.
El Gobierno británico, representado en Hong Kong por su gobernador general en funciones, David Auers-Jones, defiende la idea de elecciones libres para el Consejo Legislativo, incluso después de 1997.
Pero, naturalmente, el futuro de Hong Kong depende de la incógnita de cómo será la política china en 1.997, fecha todavía lejana para determinar la amplitud con vistas al futuro de la actual campaña contra el liberalismo burgués.
Olvidando Gibraltar
R. V., La política oficial española hacia Hong Kong, uno de los centros financieros más dinámicos del mundo y puerta de acceso al mercado chino, ha sido tradicionalmente la de olvidar la presencia de las autoridades británicas en ese territorio, por ser un caso de colonización parecido al de Gibraltar.
Las empresas españolas han sido probablemente las primeras en cambiar de óptica, y aunque con cierto retraso histórico, han comenzado a llegar a Hong Kong cada vez en mayor número. En año y medio se ha pasado de contar con tres empresas españolas ubicadas en Hong Kong a una veintena, incluyendo bancos, empresas semioficiales de comercio exterior y compañías dedicadas exclusivamente al negocio con China.
El nivel de las relaciones comerciales España-Hong Kong ha venido creciendo en los últimos tres años.
La balanza comercial de 1986 se ha cerrado con unas exportaciones de productos españoles por valor de 90 millones de dólares (cerca de 12.000 millones de pesetas), mientras las importaciones provenientes de Hong Kong sumaron 170 millones de dólares.
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