El servicio meteorológico avisó al MOPU del peligro de riadas antes del derrumbamiento de Tous

El Instituto Nacional de Meteorología avisó al Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo (MOPU) de que había peligro de riada 12 horas antes de que se produjera el derrumbamiento de la presa de Tous en 1982. Así figura en la declaración del meteorólogo Jaime Miró-Granada que figura en el sumario por el derrumbamiento de la presa. Esta declaración fue aludida por José Ramón Casabó, abogado de dos asociaciones de afectados y de la empresa Transfesa, durante la declaración del entonces director del Servicio de Riegos y Defensas del MOPU, Román Guerrero.Los cuatro ingenieros del MOPU procesados por el supuesto delito de imprudencia temeraria con el resultado de muertes y daños acabaron de prestar declaración ante la Sala Tercera de la Audiencia Provincial de Valencia el martes por la noche.

Casabó y otros letrados preguntaron tanto a Guerrero como al ingeniero técnico a pie de presa, Jesús María González Marín, si habían tenido conocimiento del riesgo de precipitaciones especialmente fuertes con anterioridad al día 20 de octubre de 1982, día en que reventó la presa de Tous. Las respuestas de ambos fueron negativas.

La declaración de Miró-Granada fue formulada ante el juez instructor en Xátiva (Alicante) el 11 de abril de 1984. En ella se especifica que Carlos Almarza, jefe de Predicción Hidrológica del Instituto Nacional de Meteorología se puso telefónicamente en contacto con Ignacio de Jove, jefe de la sección de Hidrología de la Dirección General de Obras Hidráulicas del MOPU, de la que también dependía Román Guerrero. Según la declaración, Almarza manifestó a De Jove que la situación meteorológica "era muy similar a la situación meteorológica de la cual provinieron las riadas del 16 al 19 de octubre de 1973 en el sudeste de España".

No obstante, Román Guerrero dijo con una gran seguridad ante el tribunal que el día 19 de octubre de 1982 salió a medía mañana de viaje hacia Sevilla, donde pasó el día y la noche sin recibir ningún aviso. Sobre las 10.30 horas del día 20 recibió una llamada telefónica del Ministerio para informar de que la situación en la presa de Tous era grave.

No llovía

Por su parte, Jesús María González Marín se marchó el día 19 a las seis de la tarde a su casa en Valencia desde la presa de Tous sin que lloviese sobre esta ni el nivel del agua fuese preocupante, de acuerdo con lo que declaró reiteradamente. Al día siguiente, al llegar a las 8 de la mañana a la presa, encontró que el nivel del agua estaba por encima de las compuertas de los aliviaderos, que éstas no se podían abrir por falta de fluido eléctrico y que el único grupo electrógeno que había en la presa había sido cubierto por las aguas.Los ingenieros procesados piensan, y así lo declaró Román Guerrero, que, aunque se hubiesen abierto las compuertas, cosa que no se pudo conseguir, la presa hubiese reventado. La destrucción de ésta se inició a las 19.30 del día 20, según la declaración de González Marín. Ello se debería a que el volumen de la riada -9.000 metros cúbicos por segundo- estaba por encima de las previsiones con que fue construida de acuerdo con estudios que fueron elaborados con referencia a un período de recurrencia de 500 años y que calculaban un volumen máximo de agua en torno a los 7.000 metros cúbicos por segundo.