Mucho té y pocas noticias
Numerosos familiares de los viajeros acudieron nada más fácilitarse las primeras noticias sobre la catástrofe a la terminal marítima de Dover (Reino Unido), en el canal de la Mancha. Al menos 100 de ellos fueron transportados a Zeebrugge (Bélgica) en un viaje especial de la compañía Townsend Thoresen, propietaria del barco siniestrado.Un dirigente del Ejército de Salvación, Eric Bentley, que acudió a Dover para confortar y aconsejar a los familiares, dijo que unos 40 de ellos esperaban con calma, pero que otros estaban llorando.
A primeras horas de la mañana de ayer se produjeron dramáticas escenas ante la falta de noticias. Un fotógrafo fue golpeado, y los miembros de un equipo de televisión francesa, empujados. Los familiares se quejaron agriamente de que no se facilitara la lista completa de pasajeros. Los empleados de la compañía dijeron que sólo tenían la relación de quienes habían reservado su plaza con antelación, pero que ésta no incluía a los pasajeros sin vehículo y a los que habían llegado con éstos a última hora.
En la tensión de la espera, llegaron algunas buenas noticias. Así, Becky Ede, de 16 años, fue informada de que sus padres, en viaje de aniversario de boda, se encontraban entre los supervivientes.
Algunos empleados manifestaron en la tarde de ayer que la empresa esperaba poder trasladar a los supervivientes a Dover, pero que su salida de Zeebrugger dependía de que las autoridades belgas les permitieran emprender el viaje. "Vienen continuamente y toman nuestros nombres. Ya les he dado el mío siete veces", aseguraba Robert Wrignt, que esperaba a conocer la suerte corrida por su nuera. Y no faltaban las quejas de que la compañía les suministraba mucho té, pero pocas noticias.
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