Un ex abogado de Abdalá era 'topo' de la polícia francesa

Jean-Paul Mazurier, abogado y amigo de Georges Ibrahim Abdalá, confesó ayer públicamente, en una entrevista concedida al segundo canal de televisión, que trabajó a sueldo de la Dirección General de la Seguridad del Estado durante dos años y mientras defendía a su cliente. Mazurier defendió a Abdalá en el primer proceso, por el que fue condenado a cuatro años de prisión, y a dos militantes más de las Fracciones Armadas Revolucionarias de Líbano (FARL), Josephine Abdo y El Mansouri, juzgados y condenados en Italia.

Las revelaciones de este joven abogado, de 32 años, aficionado al alcohol y de personalidad atormentada e inestable, coinciden con la publicación del libro El agente negro, un topo en el caso Abdalá, escrito por el períodísta del diario Libération Laurent Gally, en el que se cuenta la historia de este profesional del derecho y de su violación de las normas éticas al ejercer de doble agente: los militantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Líbano le identificaban como uno de los suyos, y se remuneraban sus servicios, mientras trabajaba y cobraba al mismo tiempo del espionaje francés.El llibro fue objeto a principios de esta semana de un secuestro judicial de 25 páginas, después de la denuncia presentada por los ministros del Interior, Charles Pasqua, y de la Defensa, André Giraud.

Las páginas eliminadas, que aparecen en blanco y con una nota del editor en la edición distribuida ayer, corresponden a dos apéndices del libro con las confesiones de un ex director de la Dirección de Vigilancia del Territorio sobre las negociaciones con Argella para la liberación de Abdalá, una nota de los servicios de espionaje sobre las mismas negociaciones y una lista de 80 militantes de las FARL, en la que aparece el propio Mazurier.

Según Jacques Vergès, defensor de Abdalá en el proceso por complicidad con asesinato que le ha acarreado la reclusión a perpetuidad, el caso Mazurier podría significar "una violación completa de los derechos de la defensa, y el proceso podría ser anulado".

Mazurier declaró ayer: "Mañana ya no seré abogado ni agente. Estaré quizá muerto, pero seré Jean-Paul".