El parto de las ondas

La ordenación de las telecomunicaciones era una de las asignaturas que tenían pendientes el Gobierno socialista y sus predecesores. La dispersión de redes y competencias en esta materia y los avances espectaculares de la tecnología de las comunicaciones en los últimos años eran motivo suficiente como para que los ingenieros de telecomunicaciones y el sector electrónico exigieran una pronta ordenación.Pero la gestación de esta ley no ha sido fácil. Primero lo intentó el anterior ministro de Transportes, Turismo y Comunicaciones, Enrique Barón, en 1985, en su anteproyecto de LCC (ley de Ordenación de las Comunicaciones) que tuvo una discusión previa de dos años.

En este texto se recogían claramente los instrumentos jurídicos para terminar con el monopolio de las señales de televisión por parte del Estado. También reordenaba la ley por primera vez el espectro radioeléctrico. El mismo anteproyecto contenía como capítulos fundamentales el nuevo contrato con la Telefónica y la regulación de Correos y la Caja Postal.

La llegada de Abel Caballero ese mismo año al Ministerio de Transportes supuso un cambio de rumbo. El nuevo mínistro separó los temas de Correos y la Caja Postal para incluirlos en otra ley y aprovechó lo que el anterior equipo había preparado sobre el tema exclusivo de las telecomunicaciones. Esta decisión coincidió con otra de Presidencia del Gobierno de asumir más directamente el tema de las concesiones de cadenas privadas de televisión.

La LOT, que así pasó a llamarse el nuevo borrador porque ya sólo se refería estrictamente a las telecomunicaciones, quedó liberada en gran medida de la carga política que se le había dado a la ley de televisiones privadas pero mantuvo pendientes a los sectores privados sobre la solución que se daría al tema de las redes de comunicación (TVE, Telefónica y otras). Finalmente el problema se ha resuelto manteniendo el monopolio de estas redes el Estado aunque exista un régimen de concesión.

Los técnicos (colegios y asociaciones de ingenieros de telecomunicación) se han alegrado de que, por fin, se acometa la ordenación de las telecomunicaciones en España, pero han criticado en este proyecto presentado por Abel Caballero precisamente que no quede clara la unificación de la red y la financiación de la ley También critican la ausencia de referencia a determinado servicios, como los de banda ancha y otros más modernos El sector industrial también ha criticado este proyecto, aunque en principio lo ha considerado positivo.

Uno de los sectores en los que más explícitamente se detiene la LOT es el de radiodifusión. La gestión y explotación de las ondas, tanto por el Estado, como por el sector privado, queda perfectamente establecida y, por primera vez, el Estado toma la iniciativa de controlar técnicamente el espectro radioléctrico.