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Una valiosa colección

La colección de Santiago Castro Cardús, ya fallecido, era muy valiosa. Todas las habitaciones del piso del barrio de Salamanca de Madrid donde vivía estaban llenas de cuadros desde el suelo hasta el techo. La sección más importante estaba compuesta por obras de pintores españoles de fines del siglo XIX y principios del XX, con lienzos de Aureliano de Beruete y Darío de Regoyos.Casado con una Lamamié de Clairac, de familia originaria de Salamanca vinculada a la cría de toros bravos, no tenían hijos. Era ingeniero y profesor honorario. Personas que trataron de cerca a Santiago Castro Cardús recuerdan de él que era un hombre muy campechano, que no ponía ningún reparo en mostrar su colección y en abrir las puertas de su casa a los estudiosos. En una ocasión, hace ya más de 10 años, no puso ningún inconveniente a que se citase la propiedad de alguno de sus Beruete en una monografía, cosa poco habitual entonces por la desconfianza de los coleccionistas hacia los inspectores de Hacienda. Las fuentes consultadas no aseguran que tuviera fortuna familiar, aunque sí su mujer, que aunque compartía la pasión de su marido por el arte, se sentía algo agobiada por la cantidad de cuadros que llenaban la casa.

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