La propietaria del Mayte, envuelta en un importante robo de obras de arte
La propietaria del restaurante Mayte Commodore, Carmen Aguado Castillo, conocida popularmente como Mayte, está envuelta en un robo de importantes obras de arte cometido en septiembre de 1979 en el domicilio de Santiago Castro Cardús. El dibujo de una paloma de Picasso, subastado en 1984 por Sotheby's, adonde llegó a través de la propietaria del restaurante, facilitó la pista a los investigadores del robo de 25 dibujos, acuarelas y aguafuertes de Picasso, Benjamín Palencia, Fortuny y un pretendido Goya, entre otros. Mayte entregó el mes pasado una docena de los dibujos robados al Juzgado de Instrucción número 12 de Madrid, que instruye el caso.
En septiembre de 1979 fueron robados por varios individuos, no detenidos y cuya identidad se desconoce, 25 importantes obras de arte del domicilio particular de Santiago Castro Cardús, un importante coleccionista español, hoy fallecido. La familia presentó una denuncia ante las autoridades policiales por robo e intimidación, ya que los autores materiales del robo cometieron el delito amenazando a la criada de la familia, que se encontraba en esos momentos en el domicilio.Los investigadores no obtuvieron ningún resultado del citado robo hasta que en 1984 la conocida casa de subastas británica Sotheby's solicitó a expertos internacionales la autencidad de las obras que iba a subastar, entre ellas una paloma de Picasso y algunos otros de los dibujos que habían sido robados en la casa de la familia Castro Cardús.
Sotheby's envió, como es su tradicional costumbre, un catálogo con las obras que iban a subastarse, donde figuraba la citada paloma de Picasso.
Los investigadores españoles detectaron que ese dibujo era uno de los robados en 1979 y se pusieron en contacto con el ciudadano holandés Peter de Jonge, quien había facilitado a la asa de subastas británica el dibujo del pintor español. La paloma fue vendida a un particular, cuyo nombre no ha facilitado la casa de subastas británica por secreto profesional.
Reunión en el restaurante
El holandés Peter de Jonge fue interrogado por investigadores internacionales y afirmó que el citado dibujo se lo había comprado a la propietaria del restaurante Mayte Commodore. Un librero madrileño, según fuentes próximas a la investigación, puso en contacto al ciudadano holandés con Mayte, quienes se reunieron en el conocido restaurante madrileño, frecuentado por políticos, hombres de negocios y aristócratas.El citado librero, aficionado también al arte, dijo a los interrogadores que Mayte tenía en su poder algunos de los dibujos y acuarelas robados en el domicilio de Santiago Castro Cardús y confirmó que él mismo puso en contacto al holandés y a la propietaria del restaurante, en cuyo establecimiento cenaron y se estableció la mencionada operación de compra. Posteriormente, el holandés decidió vender ese dibujo y lo puso a subasta en Sotheby's.
La policía española tomó declaración a Mayte sobre el caso a mediados del pasado mes de enero, pero ella negó airadamente cualquier relación con el caso. Posteriormente, la propietaria del conocido restaurante entregó al juez 12 de los dibujos robados en el domicilio de Castro Cardús, según han confirmado fuentes judiciales de absoluta solvencia.
Los investigadores españoles sospechan que se podría haber incurrido también en una supuesta exportación ilegal de obras de arte, aunque desconocen cuál es la explicación que ha facilitado al juzgado madrileño que instruye el caso.
Instrucción judicial
Mayte no quiso facilitar información alguna y negó a la policía cualquier relación con el asunto, lo que se contradice radicalmente con la posterior entrega de 12 de las obras robadas al juez de instrucción- Perfecto Andrés.Un redactor de este periódico tenia ayer una cita con Mayte en su restaurante, pero uno de los empleados de relaciones públicas, Luis Aguado, informó a este periodista que la propietaria del restaurante había tenido que salir y posteriormente iba a ir al teatro. Aguado añadió que el periódico se pusiera en contacto con su abogado y creía recordar que Mayte acudió al juzgado citada como testigo.
Fuentes próximas a la involucrada en el caso creen que ésta podría haber adquirido los dibujos sin saber que eran robados, aunque afirman desconocer los detalles concretos de la operación y especialmente cómo llegaron a manos de Mayte estas obras.
El caso está siendo llevado policial y judicialmente con muchísima discreción. Hasta el momento no hay ningún detenido en relación con el robo y se desconocen por el momento los autores materiales de la sustracción.
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