La petición fiscal hace sospechar que hay un pacto para liberar a Abdalá
El fiscal del juicio contra el libanés Georges Ibrahm Abdalá, que comparece en París ante un tribunal especial para responder de la acusación de complicidad en tres asesinatos, uno de ellos en grado de tentativa, solicitó ayer una condena inferior a 10 años. Tan moderada petición parece confirmar las sospechas de que existe un acuerdo secreto con los terroristas. Abdalá, según algunas versiones, podrá quedar en libertad y ser objeto de expulsión a finales de este año gracias a la remisión de la pena parcialmente cumplida y a otros mecanismos legalmente previstos. El juicio quedará hoy visto para sentencia.
Con la presentación de las conclusiones de cada una de las partes, el juicio contra Abdalá volvió ayer a recuperar la tensión. El acusador particular, Georges Kiejman, trató durante más de dos horas de conectar la gran cantidad de pruebas dispersas sobre la actividad de las Fracciones Armadas Revolucionarias de Líbano (FARL) para probar que Abdalá es un jefe destacado, o acaso el más destacado del grupo. Desmentía con ello el testimonio del director general de la Dirección de la Vigilancia del Territorio, que aseguró que Abdalá era apenas un jefecillo mediocre y no el jefe de la organización.Este testimonio permitió pensar que desde el Gobierno se estaba intentando obstaculizar el esfuerzo de Kiejman por conseguir una dura condena. La documentación del acusador parte de la conexión entre la presencia de Abdalá en distintos países o ciudades, su estancia en pisos de la organización donde se han hallado armas y documentos y la realización de los atentados.
Ante la denegación por el tribunal de un dictamen grafológico que debía demostrar que Abdalá fue el autor del texto de reivindicación de otro asesinato frustrado -el del diplomático norteamericano Christian Chapman-, Kiejman realizó personalmente ante el tribunal un informe pericial con fotos ampliadas sobre la caligrafla del libanés. "Tiene razón el tri bunal en negarme el dictamen de un experto, porque cualquiera que no sea experto percibe a simple vista la coincidencia en tre las dos letras", dijo. El acusador terminó su requisitoria asegurando que "una justicia independiente no debe tener en cuenta la razón de Estado" y recordó que la Sección Especial (un tribunal del régimen totalitario de Vichy) "creaba culpables a partir de inocentes", para afirmar que esperaba que este tribunal "no creara inocentes a partir de culpables".
Independencia judicial
El fiscal del Estado empleó sólo 10 minutos en sus conclusiones. Todos sus esfuerzos se dirigieron a atacar al acusador particular y a defender que "la independencia de la justicia no se desdice de la prudencia". El fiscal Pierre Boeclilin, que está bajo las órdenes del ministro de Justicia, recordó que su único cliente era la República, aseguró que "Francia no tiene por qué recibir lecciones de sus aliados" y terminó pidiendo menos de 10 años para Abdalá. Un murmullo de sorpresa por la petición, largamente anunciada en muchos periódicos, se levantó en la sala.La sesión terminó en manos de Jacques Vergés, el defensor, quien pidió el aplazamiento hasta hoy, después de su alegación en favor de la inocencia de Abdalá. Vergés elogió la labor del "abogado de la República francesa" frente al "abogado de los Estados Unidos" y realizó alusiones al Irangate y al SIDA. "Aquí la única República que nos interesa es Francia", apostilló. "Pero no hablaré el lenguaje de la política y del interés de Estado, sino el del derecho y la justicia".
De forma fría e implacable, Vergés fue desmontando las alegaciones de Kiejnían sobre la complicidad de Abdalá en los tres crímenes. Como había reconocido Kiejirían, Vergés demostró que no hay pruebas materiales concretas vinculadas a cada uno de los crímenes, pues las presunciones se derivan de la autoría de las FARL y del papel de Abdalá en la organización armada.
Para Vergés, el delito de pertenencia a las FARL, si lo hubo, fue ya juzgado anteriormente, y por él Abdalá ha cumplido condena hasta ahora. El acusado es el diablo para Kiejman, un huésped incómodo para Boeclilin y un inocente angelito para Vergés.
Georges Ibrahim Abdalá, ausente durante todo el juicio, quizá se dignará hoy comparecer para escuchar del jurado cuál es la opinión mayoritariamente compartida por los magistrados.
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