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Brasil suspende el pago en dólares de su deuda externa por 90 días

El Gobierno brasileño anunció ayer la suspensión por 90 días del pago en dólares del servicio de su deuda externa, que asciende a 108.000 millones de dólares (más de 14 billones de pesetas). Con esta moratoria -calificada de blanca - se reabre la crisis del sistema financiero internacional, adormecida en los últimos meses. Paralelamente, sigue sin cerrarse el paquete de rescate financiero a México, por un importe de 13.700 millones de dólares, ante los retrasos de algunos bancos acreedores pequeños. Ambos países concentran más del 50% de la gigantesca deuda externa latinoamericana, cercana a los 400.000 millones de dólares.

La moratoria de Brasil está atenuada por el hecho de que en los próximos tres meses el Gobierno que preside José Sarney intentará depositar el servicio de la deuda (intereses más amortizaciones) en los bancos acreedores en cruzados -moneda local brasileña-, que no tiene cotización en los mercados internacionales de divisas.En este período de gracia, tomado unilateralmente por la nación latinoamericana, ésta intentará equilibrar sus cuentas externas y mejorar sus reservas de divisas, que no llegan a los 4.000 millones de dólares.

Paralelamente, México, el otro gran deudor (110.000 millones de dólares), no consigue cerrar el paquete de rescate financiero de 13.700 mlilones de dólares apalabrado hace meses. La firma del acuerdo estaba prevista para finales de marzo, pero es seguro que se retrasará al menos varias semanas.

Según fuentes de los bancos acreedores, las últimas dificultades están originadas por las reticencias de algunas entidades financieras italianas y españolas y, sobre todo, por la resistencia de algunos pequeños bancos norteamericanos, que no quieren conceder dinero fresco al país azteca.

El Gobierno mexicano estudia la fórmula para presionar a los bancos más reticentes, dentro de las medidas legales. Entre las presiones que se citan en medios de la banca extranjera figura la de declarar una moratoria parcial de pagos que únicamente afectaría a aquellas de las 543 entidades acreedoras que no concediesen el dinero fresco que proporcionalmente les corresponde.

A finales del verano de 1982, México suspendió el pago de su deuda externa, también por 90 días, motivando una gran crisis del sistema financiero internacional.

En relación con toda esta problemática de la deuda externa, el primer ministro francés, Jacques Chirac, denunció ayer en París la "hipocresía de algunos acreedores que incitan a los países en desarrollo a endeudarse más allá de lo razonable". Chirac afirmó que los responsables del endeudamiento del Tercer Mundo son la entidades bancarias que han prestado dinero y ahora quieren recuperarlo con intereses.Página 47

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