El juez visita a los presos musulmanes para verificar que no se les presiona

Los nueve musulmanes melillenses presos en Almería estrenaron ayer un atípico caso de hábeas corpus. Esta figura jurídica consiste en que el reo que se siente maltratado tiene derecho a ser llevado ante el juez para que compruebe su deficiente situación física y carcelaria. En esta ocasión, los detenidos han pedido que sea el juez quien les visite en la cárcel, y su objetivo, en contra de lo habitual, era mostrar que se encuentran perfectamente.

La presencia del juez almeriense fue solicitada por el abogado defensor de los musulmanes, Darío Fernández, con objeto de salir al paso de la versión que circula entre los musulmanes de Melilla secún la cual los presos han firmado escritos contra Aomar Dudú, líder de ese colectivo, porque están con una pistola". Los nueve reclusos acusados de sedición se desvincularon la pasada semana de Dudú, al que acusaron de obrar con "carácter personalista" y, de haberse desviado de los objetivos originarios.

Los reclusos conversaron ayer con el juez, José María Benavides Sánchez de Molina, durante cerca de una hora, según manifestó telefónicamente el director de la cárcel, Juan Manuel Ruiz. El día anterior les había visitado, en compañía de Darío Fernández, el decano del Colegio de Abogados de Almería, Ramón Muñoz Sánchez, quien firmó un escrito donde certifica que los nueve reclusos "han designado libremente a Darío Fernández, sin que deseen que ningún otro abogado les asista.

Algunos familiares de los presos habían sintonizado con las posiciones de Dudú -quien acusa a Darío Fernández de estar de acuerdo con el delegado del Gobierno- y llegaron a conversar con el abogado marroquí Driss Benjelloun para que asumiese la defensa de, al menos, alguno de los detenidos.

Darío Fernández declaró ayer que si algunos familiares adoptasen esa decisión él continuaría como representante de los presos que realmente confiasen en él. Hasta ayer, según los datos conocidos, eran todos.

Abren los comercios

Los 800 comercios de musulmanes melillenses (la ciudad cuenta con cerca de 4.000) abrieron ayer de nuevo, informa Avelino Gutiérrez. F-sta huelga comenzó tras la expulsión de dos ciudadanos marroquíes el sábado día 31 de enero, y se intensi icó tras los incidentes callejeros de aquel fin de semana, en los que un musulmán resultó muerto y otros dos gravemente henidos. La apertura se produjo después de desconvocar el cierre Aomar Dudú, quien quería mostrar así "un gesto de buena voluntad".