_
_
_
_
Tribuna:LA NEGOCIACIÓN SOBRE LAS BASES NORTEAMERICANAS
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Desear o aceptar

Según lo difundido por algunos medios de comunicación, el señor Shultz ha manifestado [EL PAÍS, 12 de febrero] que los españoles ni siquiera saben cuántos militares norteamericanos desean mantener en España. Aludía de esa manera a la, a su parecer indecisa, posición de los negociadores españoles en las actuales conversaciones para la reducción de los efectivos militares norteamericanos en España.Salvando cualquier posible error de traducción o interpretación, que pudiera matizar tal declaración, no parecería dificil articular así la respuesta al secretario de Estado norteamericano: "Los españoles, en general, no desean realmente mantener en su territorio bases militares extranjeras de ningún tipo". Los sondeos de opinión realizados en distintas ocasiones parecen ser bastante claros al respecto. Quizá conviniera recordar al señor Shultz que España para bien o para mal, que de todo hay opiniones en este caso- no fue liberada por las fuerzas aliadas en la II Guerra Mundial, y que la actual presencia militar norteamericana en nuestro país responde, por un lado, a la grave debilidad que a principios de la década de 1950 aquejaba a la política exterior española, angustiosamente necesitada de buscar algunos puntos de anclaje, y por otro lado, a la dinámica de la guerra fría en que por entonces habían entrado ya ambas superpotencias. Los aliados no liberaron a España del nazismo, ni del fascismo, ni de ningún ejército de ocupación.

No nos liberaron de nada y, por eso, el viejo agradecimiento que todavía ayuda a tolerar la presencia norteamericana en tantos países europeos no tiene motivo de ser en España. Es el primer dato que la diplomacia de nuestro principal aliado militar debería tener siempre en cuenta, y el que marca un rasgo distintivo respecto a otros países miembros de la Alianza Atlántica.

Cosa muy distinta es que el Gobierno español -con el respaldo mayoritario de la población, en referendum- decida libremente contribuir a la defensa general de los países que constituyen nuestro entorno político, social y económico y, en relación con esto, acepte cierta presencia militar de EE UU en territorio español, consciente incluso de los costes políticos que esta decisión pueda acarrearle, pues sabida es la impopularidad de las bases de utilización conjunta; se trata de una decisión política que produce a la vez efectos favorables y desfavorables.

No obstante, nadie -y mucho menos el jefe de la diplomacia de nuestro aliado principal debería confundir el desear con el aceptar. El pueblo español, en su larga andadura histórica, ha admitido muchas cosas, pero sería casi insultarle afirmar que deseó lo que simplemente, alguna vez, se limitó a aceptar.

Alberto Piris es coronel de Artillería, diplomado de Estado Mayor.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_