Estallan siete bombas en las capitales gallegas ante un juicio a nacionalistas

Siete artefactos estallaron de forma simultánea durante la madrugada de ayer ante otras tantas entidades bancarias en La Coruña, El Ferrol, Santiago, Pontevedrá, Vigo, Orense y Lugo. Los explosivos, de baja potencia y fabricación casera, entraron en acción alrededor de las dos de la madrugada, en un intervalo de media hora, causando desperfectos leves en todos los casos. A las 2.30, una voz masculina reivindicó a Radio Televisión Galicia la autoría para el Exército Guerrilleiro do Pobo Galego Ceibe (EGPGC), como muestra de apoyo a tres militantes que iban a ser juzgados en la Audiencia coruñesa ese mismo día (a las once de la mañana de ayer) por un atraco frustrado.

La actitud durante la vista de los encausados Manuel Chao Dobarro, de 22 años; Jaime Castro Leal, de 23, y José Sanmartín Bouzá, de 26, que se declararon militantes del EGPGC y fueron desalojados al insultar al tribunal, y la presencia en el palacio de justicia de medio centenar de personas que los aclamaron con gritos de "Galicia Ceibe, poder popular", confirmaron la veracidad de la llamada a la radio autonómica.Los tres son naturales de la comarca ferrolana, dos de ellos en paro, y el tercero, Sanmartín

Bouzas, trabajador de Bazán. El ministerio público solicitaba sendas penas de 15 años por robo frustrado, tenencia ilícita de armas y cambio de placas de vehículo. El conato de atraco se produjo en una sucursal del Banco Popular Español en As Pontes de García Rodríguez (La Coruña) el 29 de mayo de 1986, que resultó irustrado tras un forcejeo con los empleados. Los tres fueron detenidos dos días después, ocupándoseles una pistola y una escopeta de cañones recortados. La defensa solicitó una rebaja en las penas alegando circunstancias atenuantes. -

Chao, Castro y Sanmartín entraron en la Sala Segunda de la Audiencia de La Coruña entre las aclamaciones de más de medio centenar de personas, entre ellas dirigentes del Bloque Nacionalista y del ' sindicato Intersindical Nacional de Traballadores Galegos, por lo que el tribunal celebró la vista a puerta cerrada. Los acusados negaron validez al tribunal, a cuyos componentes calificaron de "fascistas y asesinos". Los gritos se reprodujeron al entrar a prestar declaración como técnicos en balística dos oficiales de la Guardia Civil, por lo que el magistrado Alfonso Navascués ordenó desalojarlos.

Los tres acusados fueron sacados de la sala entre gritos de independencia y vivas al EGPGC proferidos por los concentrados.