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Ambiente enrarecido para acoger el nuevo máximo

Los máximos anuales alcanzados por los mercados de valores llegan en un momento en el que la tensión también toca sus niveles más altos. Las posiciones compradoras del cierre anterior se confirman en todos los casos y esta vez la sesión se inició con unos corros eléctricos que fueron presa fácil para la voracidad de los compradores. Los sectores industriales volvieron a ser el blanco de un buen número de partidas compradoras, y sólo el sector bancario puso la nota discordante en el ambiente de alegría que se vivía en los patios de operaciones.Los ciclos semanales se vienen repitiendo con una machaconería que encaja mal con la actitud de sorpresa que a cada nueva sesión produce la confirmación de la presencia de dinero. Ayer fueron 56 los valores que no pudieron contratar por falta de oferta, entre ellos dos eléctricas de primera fila, mostrando el resto un nivel de intercambio generalmente alto que permite suponer que la contratación de esta jornada se va a mantener todavía cerca de la zona de los máximos.

Las subidas hasta el límite establecido son tan numerosas como el viernes lo fueron las bajas, lo que indica una rapidez extrema en la toma de decisiones por parte de la inversión y una gran movilidad del dinero, que en sus saltos de una a otra posición hace crecer o caer las cotizaciones sin que intervengan movimientos compradores o vendedores con un fondo firme. Son los movimientos especulativos, apoyados por un importante volumen de dinero, los que llevan la voz cantante en estas últimas semanas, pues, con escasas excepciones, el corto plazo es la meta de la mayor parte de las operaciones.

El dinero intentó tomar posiciones desde los primeros momentos en unos valores que, a fuerza de ser marginados del mercado, han quedado en una posición casi privilegiada en cuanto a su precio se refiere. El sector eléctrico participa así por primera vez en este año, en la fiesta alcista, aunque no falta quien ve en este trasvase de fondos en los sectores más baratos indicios de un posible final de ciclo.

Si, como es de prever, el dinero sigue acudiendo al mercado y moviéndose con velocidad hasta que se aproxime el fin de semana, no parece que haya nada que temer, pero sí conviene tener en cuenta que cada vez se adelantan más los acontecimientos y puede que esta vez sean más numerosos los inversionistas que dejan el último duro a disposición de los más lentos de reflejos.

El jarro de agua fría quedó a cargo de los valores bancarios, sobre todo en lo referente a la segunda fila, en la que se abandonaron posiciones a más velocidad de la que la caja puede soportar. Los retrocesos generalizados de los siete grandes y alguna posición de papel sin operaciones en un destacado segunda, sembraron las dudas sobre la posibilidad de que este sector pueda seguir siendo el soporte de una tendencia alcista. No obstante, el dinero sigue presente en el mercado y, aunque con menos fuerza que en otras ocasiones, aún mantenía posiciones compradoras generalizadas a la hora del cierre.

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