La Asamblea Constituyente de Brasil inaugura sus trabajos

La Asamblea Constituyente de Brasil, que tendrá a su cargo la elaboración de una nueva Carta Magna que reemplace a la actual, elaborada por el anterior régimen militar, inició sus sesiones el pasado fin de semana en Brasilia.La Asamblea, integrada por 72 senadores y 487 diputados, comienza sus trabajos en momentos de gran preocupación por la situación económica del país.

La nueva Constitución será la octava en Brasil desde que el país logró la independencia, en 1822. De las anteriores, la primera, promulgada en 1824, fue la que tuvo una vida más larga: hasta 1891, dos años después de la proclamación de la República. La Constitución de más corta duración fue la decretada por el régimen militar en 1967. Duró sólo dos años y fue reemplazada por otro texto creado por los militares en 1969, que es el que aún está en vigor.

La apertura de las sesiones de la Asamblea Constituyente se produjo en medio de un insólito cuadro de confusión generalizada en Brasil.

Los parlamentarios no lograron ningún acuerdo previo respecto al funcionamiento interno del Congreso y no se sabe todavía si los trabajos de los diputados y senadores serán suspendidos mientras se elabora la Constitución.

Los miembros de la Asamblea Constituyente asumen sus funciones en un momento en el que hay divergencias en el Gobierno sobre la situación económica, a las que se añaden las diferencias entre del Ejecutivo con empresarios y sindicalistas y, por si fuera poco, entre estos últimos.

El país ha asistido en los últimos días, en medio de esa grave crisis, a una lucha interna en la formación política mayoritaria, el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), por la ocupación de puestos en la jerarquía interna del Congreso.

Encuestas realizadas el 30 y el 31 de enero demuestran que, para la opinión pública brasileña, la Asamblea Constituyente se inaugura sin muchas esperanzas: el 49% de los encuestados afirma que no tiene esperanzas de un cambio concreto con la nueva Constitución.