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Reportaje:Un juzgado barcelonés investiga los papeles sucios del boxeo / 1

Dos parados contratados por 25.000 pesetas apuñalaron al presidente de la federación catalana

El presidente de la Federación Catalana de Boxeo, José Julián del Valle, fue apuñalado y gravemente herido el pasado 4 de octubre de 1986 por dos parados contratados por 25.000 pesetas. Con esta agresión culmina una historia de tensiones iniciada cuando Del Valle fue elegido presidente de la federación regional y exigió que se cumpliera el reglamento, con la oposición del clan Tejeda, que en los últimos años monopoliza el mundo del boxeo en Cataluña. Un juzgado barcelonés ha ordenado la detención de dos familiares y de un empleado del promotor Antonio Tejeda, que se encuentra en Brasil.

F. SALES / ALEX MARTÍNEZ ROIG, Antonio Gallardo Cruz y Juan José Gil Reguera, El karateka se habían conocido en la barra de un bar del Guinardó. Antonio Gallardo Cruz, de 29 años, natural de Sevilla, había llegado a Barcelona hacía ocho meses. Desde entonces sólo logró trabajar durante algunos días como peón en la construcción. Cuando conoció a Juan José Gil estaba de nuevo sin empleo.Juan José Gil Reguera explicó a su nuevo compañero que se trataba de hacer un favor a un amigo. Era un encargo sencillo y sin complicacionesl Dinero fácil, subrayó. Consistía en darle "una lección a uno". Varias patadas, algún que otro puñetazo, cobrar el dinero y cambiar de aires durante un tiempo.

A las 23 horas del sábado 4 de octubre se lanzaron sobre el Presidente de la Federación Catalana de Boxeo cuando salía en compañía de su hijo Alex de 12 años, de un aparcamiento del pasaje Córcega, cerca de la Sagrada Familia. Gallardo sacó un navaja y pegó un solo pinchazo. La sangre le asustó y echó a correr. Su compañero, más entero, se quedó allí blandiendo un machete y hundiéndolo una y otra vez en el cuerpo del hombre. En total fueron 11 puñaladas. Se reunieron dos manzanas más allá.

El karateka cojeaba, le habían herido en una pierna. Gallardo aún no se había repuesto del susto, y la herida de su compañero sangraba. Fueron juntos a un centro asistencial de L'Hospitalet para que le curase. Después, Juan José Gil se marchó a su pensión. El otro a casa de su hermana.

La fuga la iniciaron al día siguiente, domingo, cuando se trasladaron a una casa en Mataró. Más tarde, al conocer la gravedad del herido, viajaron hasta el sur de Francia, instalándose en un lujoso hotel de Perpiñán. El promotor de boxeo Antonio Tejeda, que llegó acompañado de un abogado de confianza, se reunió días después con ellos.

Las reflexiones del abogado y el alarmante estado de salud de Del Valle, que continuaba en la Unidad de Vigilancia Intensiva del Hospital de Sant Pau, determinaron que los agresores y el propio Tejeda decidieran trasladarse a París. Allí esperaron los pasaportes falsos y el dinero suficiente como para e instalarse en Brasil.

La última etapa de la huida fue planificada con minuciosidad, para no agravar aún más la situación jurídica de los agresores. El dinero y los pasaportes falsos llegaron de Barcelona a través de un empleado de Tejeda, que viajó a la capital francesa en automóvil. En el interior del vehículo iban escondidas 1.800.000 pesetas, dinero suficiente para financiar la última etapa de la huida. Esta cantidad no superaba el tope de dos millones de pesetas; si se hubiese franqueado se habría cometido un delito de evasión de divisas.

Mientras Antonio Tejeda y Juan José Gil, El karateka, marchaban hacia Brasil, Gallardo optó por trasladarse a Italia, de donde sería expulsado por falta de documentación y dinero. Intentó por dos veces refugiarse en Suiza, de donde finalmente fue expulsado el pasado 12 de enero, siendo detenido en el aeropuerto de Barajas.

A través del eslabón más débil, la policía y el juez instructor han iniciado una investigación sobre el clan Tejeda y sus supuestas implicaciones en la agresión. El pasado domingo 25 de enero, el juez ordenó la detención e ingreso en prisión de Antonio Tejeda Calvo y Enrique Fuentes, hijo y yerno, respectivamente, del promotor de boxeo, acusados de encubrir a los autores de la agresión. El juez ordenó también la detención del conductor Juan Tortosa, empleado de Tejeda.

Cinco días después de estas detenciones, el presidente de la federación prestaba declaración durante cuatro horas ante el juez. Los investigadores han llegado ya a la conclusión que detrás de esta agresión se esconde uno de los episodios más sucios de la historia del boxeo.

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