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La Caixa destina 26.000 millones a asegurar las pensiones de sus empleados

Andreu Missé

El Consejo de Administración de La Caixa propondrá a la asamblea general, que se celebrará el próximo 16 de febrero, crear un fondo de pensiones para el personal activo (6.400 empleados) de 26.000 millones de pesetas. Estos recursos procederán de los beneficios obtenidos en 1986, que se elevan a 13.046 millones de pesetas (15,29% más que en 1985), y de las reservas de la entidad en otra cuantía igual. Ello significa que La Caixa cerrará el ejercicio con un resultado contable -negativo de 13.000 millones de pesetas.

Esta extraordinaria dotación supone que la entidad no pagará ni una peseta de impuestos por el pasado ejercicio y que los fondos necesarios para el mantenimiento de la obra social (unos 6.000 millones) procederán también de las reservas de la entidad. El resultado negativo de 13.000 millones permitirá a la caja obtener la correspondiente reducción fiscal en ejercicios futuros.El director general de la entidad, Josep Vilarasau, manifestó que el consejo había adoptado esta decisión para cumplimentar las directrices del Banco de España, que ha dado un plazo de cinco años para que las entidades financieras cubran sus compromisos de pensiones, y para aprovechar los resultados muy favorables obtenidos en 1986.

Vilarasau señaló que La Caixa consiguió unos rendimientos brutos de 49.250 millones de pesetas, lo que supone un crecimiento del 43,4% en relación al año anterior. La Caixa ha sido la entidad con mayor crecimiento (21,79%) de recursos ajenos, que a finales de 1986 alcanzaron 1.625.329 millones de pesetas, lo que la sitúa en la tercera entidad financiera del España. Mientras, los costes de transformación sólo aumentaron un 7,5%, situándose en el 2,32% sobre los activos totales medios.

El rendimiento neto ha sido mucho más moderado a consecuencia del destacado crecimiento que han registrado las provisiones y amortizaciones, que se elevan a 36.204 millones de pesetas, lo que supone un crecimiento del 57,6%. En este capítulo destacan las provisiones para insolvencia, 11.000 millones de pesetas (la autoridad monetaria descubrió un déficit de 3.147 millones en las provisiones del ejercicio anterior, al que se destinaron 6.000 millones).

Coeficiente de garantía

Vilarasau manifestó que después de todas las dotaciones citadas, a cargo de las reservas, éstas alcanzaban 114.000 millones de pesetas (116.000 millones en 1985). Ello permitía cubrir sobradamente el coeficiente de garantía (4% sobre inversiones netas), quedando un excedente sobre el mínimo necesario de 42.290 millones de pesetas.

Sobre las limitaciones de expansión para las cajas fuera de las respectivas comunidades autónomas, Vilarasau manifestó que se trataba de una situación "casi anticonstitucional".

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