Iberia termina 1986 con beneficios de 758 millones de pesetas despulús de perder 70.000 millones en los últimos cinco años
Iberia registró el pasado año 758 millones de pesetas de beneficios netos, después de una tendencia de pérdidas crecientes en el último decenio que totalizaron 69.914 millones en los últimos cinco ejercicios. En el mismo ejercicio, la compañía Aviaco obtuvo entre 700 y 800 millones de pesetas de beneficios, los primeros en los últimos 15 años.Narcís Andreu, presidente de Iberia, se mostró ayer "moderadamente satisfecho" de los resultados y aprovechó la ocasión para desmentir una rumoreada próxima dimisión de su cargo. Andreu confirmó que, en el primer semestre de este año, Iberia habrá decidido qué tipo de aviones y cuántos compondrán la prevista "renovación parcial" de la flota de la compañía, que exigirá inversiones multimilionarias.
La recuperación económica de la compañía aérea española en un año que no ha sido muy boyante para la industria mundial del transporte aéreo puede calificarse de sorprendente, ya que, a finales del mes de junio, Iberia arrastraba en sólo seis meses un déficit del orden de 17.000 millones de pesetas.
Andreu, después de resaitar este cambio, lo atribuyó a una conjunción de causas exógenas a la gestión (baja del precio del queroseno y reducción de los tipos de interés) y a otras propias de ella. Entre estas últimas, Andreu destacó "los cambios introducidos a mitad de año en el destino de los vuelos exteriores, especialmente entre las dos Américas, anulación de vuelos africanos y apertura de la línea con Tokio, así como al importante ajuste realizado entre la oferta y la demanda".
La compañía ha estimado que la repercusión en la cuenta de resultados de estas mejoras son del orden de 3.200 millones de pesetas para la desviación de aviones del Atlántico norte a América del Sur, otros 500 millones por la supresión de vuelos africanos y de 1.300 millones en ahorros de costes fijos por la apertura de la línea con Japón.
Los factores exógenos han sido, a su vez, decisivos en una mejora de resultados que es de 11.565 millones en relación a las pérdidas del pasado año. La inyección de 30.000 millones de pesetas por el accionista (Instituto Nacional de Industria) en el capital social, durante el ejercicio, supuso un ahorro en costes financieros de 3.000 millones, a los que hay que añadir una cantidad similar por la baja de los tipos de interés. También la reducción del precio del queroseno supuso ahorros de 3.500 millones, pese a que Iberia todavía paga su combustible a precios "ligeramente inferiores" a los internacionales, según Andreu.
Frágiles resultados
Ciertamente satisfecho, pese al ejercicio público de modestia que desarrolló en la presentación de los resultados, Andreu advirtió sobre la fragilidad y volatílidad de estos resultados en una atmósfera internacional de creciente competitividad, desregulación en tarifas y restricciones y con un. gran exceso de oferta. El propio presidente de Iberia destacó que, pese a los buenos resultados, los yields, que miden la rentabilidad de una empresa aérea, han descendido en el caso de Iberia, al pasar del 11,56% en 1985 al 11,21% en 1986.
La compañía, sin embargo, aumentó en medio millón (3,8%) el número de pasajeros transportados (13.644.972); en un 1,2% el coeficiente de ocupación, que fue del 67,1%; en un 3,8% la demanda (18.633 asientos), y sólo en un 0,2% la oferta (28.997). La facturación fue de 280.000 millones de pesetas (de ellos, 900 millones de dólares) y el cash-flow (excedente de caja), de 19.049 millones.
Andreu recordó los programas de ajuste interno que, basados en el informe de la consultora sueca Indevo, se están desarrollando y confirmó que el programa de renovación de flota, que será destinado a los aparatos de las rutas de mayor rendimiento, estará decidido en el primer semestre de este año. No quiso pronunciarse sobre el aumento de tarifas que solicitará al Gobierno, y reiteró el impacto negativo de mantener algunas rutas nacionales, que acumulan un déficit de 4.000 millones.
