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Descartada la importación de choque de productos textiles para bajar precios

Xavier Vidal-Folch

La Administración ha descartado de momento la importación de choque de productos textiles, orquestada a través de una sustancial rebaja de los derechos arancelarios, como medio para combatir el crecimiento de este renglón del índice de precios al consumo (IPC). La posibilidad de esta medida, cuyo estudio se concluyó por la Junta Superior Arancelaria durante el pasado mes de diciembre, después de aparecidas las alarmantes cifras del IPC de septiembre, mantenía en vilo a los distintos escalones del sector textil.

La Comisión Delegada de Asuntos Económicos, alarmada por los datos de septiembre (en que la inflación aumentó un 1,1%, situando el aumento de los últimos 12 meses en un 9,5%, 1,5 puntos más de lo previsto), encargó a la junta un dictamen sobre qué rebajas arancelarias serían efectivas para combatir el repunte inflacionario.La comisión 11 de la junta sometió entonces a examen diversos productos, entre ellos los textiles, habida cuenta de que el renglón vestido era uno de los que más habían pujado al alza (un 6%). Poco después, en torno a noviembre, el alza del renglón textil pegaba un nuevo tirón, incrementándose en un 2,4%, y se situaba en un 8,6% para los 11 primeros meses. El impacto de este renglón en el IPC, de noviembre a noviembre, se situaba ya en 0,966 puntos, bastante más que su ponderación en el índice general.

La idea inicial de la junta consistía en calibrar si era factible repercutir la rebaja de derechos del algodón en bruto (de un 11%) para los tejidos elaborados con esta materia prima, mediante la suspensión temporal, por tres meses, de un 20% de los derechos arancelarios a la importación de este tipo de tejidos, frente a los países de la Comunidad Europea. "Hemos abandonado, al menos de momento, esta posibilidad, tras un análisis exhaustivo del asunto", indicó a este diario Enrique Godínez, subdirector general de Política Arancelaria.

Las razones de quienes propiciaban este abandono eran fundamentalmente tres: la incoherencia que suponía tomar nuevas medidas arancelarias poco después de haber firmado el tratado de adhesión a la Comunidad Europea; el hecho de que la nueva rebaja arancelaria se superpondría a las previstas en dicho tratado (otro 12,5% a principio de 1987), don lo que ello supondría de exceso de esfuerzo para el sector industrial, y la ineficacia de esta medida aduanera para conseguir un descenso de precios, como se demostró durante 1985.

Bajo coste, alto precio

El descarte de las medidas de aceleración liberalizadora fue adoptado tras pulsarse, el 28 de noviembre, la opinión de los diversos sectores implicados. El rechazo de las mismas no oculta, sin embargo, el conjunto de problemas de precios, y puede reverdecer la idea de favorecer importaciones masivas en cualquier momento, según fuentes industriales y de la propia Administración.El problema se resume brevemente así: mientras el coste de las materias primas baja, el precio de los productos acabados en los puntos de venta sube. Mientras en los 11 primeros meses del año el precio de los productos textiles, según el IPC, había aumentado un 8,6%, la materia prima del sector, las fibras, habían reducido sus precios en torno a un 16%.

Este descenso del preció de las fibras se debía al efecto combinado de las rebajas arancelarias, el descenso del precio del petróleo y la baja de los tipos de interés. Sin embargo, esta rebaja no se ha traducido, al final del proceso, en el precio de venta de los productos.

Los primeros tramos del sector textil (hiladores y tejedores) o bien han repercutido en la rebaja o, al menos, han mantenido precios. Pero, en todo caso, el impacto de sus precios en el coste final del producto es casi irrelevante, y no suele superar el 12% del total. También se ha producido un aumento de calidad en el vestido, lo que explicaría posibles incrementos.

En el último escalón productivo, la confección se reconoce, sin embargo, un aumento de precios de 1986 sobre 1985, que portavoces de los confeccionistas califican de "moderado". Es, pues, en este último escalón y en la distribución donde parece situarse la causa del incremento de precios.

Pero la culpa de la distribución puede quedar compensada por "la enorme extensión del mercado negro, mercadillos y venta en pisos clandestinos que practican precios tirados", según el director comercial de una gran empresa textil.

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