El conocido escritor chino Liu Binyan, expulsado del partido comunista

Liu Binyan, uno de los más conocidos y admirados escritores de China, y además periodista combativo, ha sido expulsado del partido comunista (PCCh) por haberse convertido en el abogado de la "liberalización burguesa", señalaron ayer fuentes chinas. Muchos intelectuales son cabezas de turco en la crisis política más grave de los últimos 10 años en China. Una semana después de la destitución del secretario general del PCCh, Hu Yaobang, el poder ha tomado totalmente en sus manos la lucha ideológica contra las "tendencias liberales".

La decisión de expulsar del partido comunista a Liu Binyan se tomó hace más de una semana, pero será anunciada públicamente en los próximos días, a la vez que saldrán a la luz las acusaciones que se le hacen.Comunista convencido y jefe de fila de la intelectualidad liberal del partido, Liu goza de un enorme prestigio en los medios intelectuales chinos, que se ven así, según análisis occidentales, gravemente heridos. La expulsión de Liu parece desmentir las afirmaciones de Zhao Ziyang, el nuevo líder del PCCh y primer ministro en el sentido de que la campaña contra la "liberalización burguesa" no afectaría a los intelectuales.

Hasta ahora, salvo en los casos de Hu y de Zu House, cuya destitución como jefe de propaganda del PCCh se espera sea anunciada en breve, las sanciones sólo se aplican a intelectuales. La expulsión de Liu sigue a la del astrofísico Fang Lizhi y a la del escritor Wang Ruowang.

El pasado jueves se supo que habían sido separados de sus cargos el presidente de la Academia de Ciencias, Lu Jiaxi, y el vicepresidente de la misma institución, Yan Dongsheng.

Ir más lejos

"No se puede hablar de purgas, pero las últimas sanciones parecen indicar que el refuerzo de la lucha ideológica va más allá de lo que estaba previsto", indica un diplomático.Según algunas fuentes, los dirigentes chinos no están de acuerdo sobre la amplitud a dar al movimiento, y algunos de ellos querrían ir más lejos en la represión de los intelectuales que han expuesto ideas liberales sobre el porvenir de China.

En un gesto para salvar la cara, se espera que Hu Yaobang sea nombrado presidente de la Conferencia Consultiva Política Popular China, un organismo sin poderes reales que agrupa a personalidades distinguidas del PCCh y de fuera del partido. Hu ocupará el cargo de Beng Yingchao, de 83 años, viuda del ex primer ministro Zhou Enlai.

La publicación oficial Noticias de la China Joven pidió ayer a los estudiantes chinos que, aunque tienen "una gloriosa tradición revolucionaria", no repitan sus manifestaciones del mes pasado y sigan al partido comunista y dediquen sus energías a convertir a China en una nación socialista fuerte.

La campaña oficial contra la "liberalización burguesa" prosiguió ayer en la Prensa oficial. El Diario del Pueblo avisó que las personas que preconizan una "total occidentalización" estaban violando la Constitución. Y añadió: "Si los seguimos, nuestro camino socialista está destinado al fracaso, y la gente sufrirá".

En los últimos días, un nuevo tema en la Prensa oficial ha sido el de los llamamientos a no despilfarrar ni exigir demandas excesivas, volviendo a la disciplina que marcó la primera época de gobierno comunista en los años cincuenta.

También se observa una campaña contra la importación de ideas capitalistas por parte de los estudiantes chinos en países europeos y Estados Unidos. En la actualidad hay casi 14.000 de ellos en universidades norteamericanas.

Caída de las inversiones

El portavoz del Ministerio de Comercio y Relaciones Económicas, Zhou Keren, anuncio ayer una importante caída en la inversión extranjera, pero prometió que la política en este terreno no cambiaría a raíz de la destitución de Hu Yaobang. Diplomáticos occidentales han avisado que la destitución sin explicaciones de Hu provocará cierta cautela en los inversores extranjeros.Zhou Keren reveló que la inversión extranjera contratada en el año 1986 descendió a 3.308 millones de dólares (unos 420.000 millones,de pesetas) para 1.400 operaciones, frente a 6.300 millones de dólares para 1.900 operaciones en 1985. No obstante, según Zhou Keren, la inversión extranjera real creció de 1.900 millones a 2.155 millones de dólares en un año.