Enfrentamiento de algunos ministerios sobre el proyecto que suprime el coeficiente de inversión obligatoria

Algunos ministerios, especialmente Industria, han mostrado su disconformidad con el proyecto de decreto presentado por Economía por el que el coeficiente de inversión obligatoria podría quedar reducido al 1% de las depósitos de bancos y cajas, a cubrir con emisiones de las comunidades autónomas. La Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos estudia hoy el proyecto, así como el borrador de la orden ministerial por la que quedará liberalizada la retribución del pasivo. Carlos Solchaga quiere mantener a toda costa el proyecto elaborado por Guillermo de la Dehesa.El secretario de Estado de Economía, Guillermo de la Dehesa, ha elaborado un proyecto de borrador por el que el coeficiente de inversión obligatoria que deben cubrir bancos y cajas de ahorro quedará reducido de sus niveles actuales al 1%. En la actualidad hay un proceso de reducción mensual de este coeficiente, cuyo objetivo final era dejarlo reducido al 13% de los pasivos computables a finales de 1990. Pero la liberalización financiera y la baja de tipos de interés que han tenido lugar en los últimos años permite, a juicio de Economía, acelerar dicho proceso, eliminando el coeficiente de inversión desde el momento en que se apruebe el decreto por el Consejo de Ministros. Ello significará algunos problemas para determinados sectores productivos, en especial industriales, que ya han hecho llegar sus quejas.

Crédito libre más barato

La idea del proyecto de decreto es que a partir de su entrada en vigor los bancos y cajas no tendrán que destinar nuevos recursos a cubrir el coeficiente y que los saldos de operaciones ya existentes no se renovarán a medida que vayan venciendo. Esto significa, que, realmente, el coeficiente quedará reducido al 1% en un plazo de unos 15 años, plazo máxime, de algunas operaciones de créditos privilegiados, pero que no habrá que aportar nuevos recursos para estas operaciones.La supresión del coeficiente encarecerá ligeramente la nueva financiación para determinados sectores, como bienes de equipo o exportación, pero debe traducirse en, un abaratamiento general de los créditos libres al no tener que soportar éstos una parte de los costes de financiación con créditos blandos. Como los tipos de interés libres se han acercado bastante a los de inversión obligatoria, el encarecimiento relativo no podrá ser muy elevado, según fuentes de Economía.

Paralelamente a la supresión del coeficiente de inversión el Gobierno aprobará la liberalización de los tipos de interés que bancos y cajas de ahorro pueden pagar para los depósitos que aún permanecen sujetos a regulación administrativa y que se refieren a las cuentas corrientes, libretas de ahorro y depósitos a menos de seis meses o un millón de pesetas. Esta medida tendrá a corto plazo un efecto de encarecimiento del pasivo global de bancos y cajas, aunque en medios de la Administración se duda que vaya a ser muy importante.

Fuentes financieras cifraban en unos 100.000 millones de pesetas el coste bruto de la liberalización del pasivo, que en neto, al suprimirse el coeficiente de inversión para los nuevos depósitos, quedará bastante más reducido. La recuperación del margen de bancos y, cajas deberá venir de la mano de un mayor control de los costes de transformación de las entidades.