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El juez Eladio Galán Cáceres decidirá sobre la querella de los Coca contra los máximos dírigentes de Banesto

Joaquín Estefanía

El titular deL Juzgado de Instrucción número 7 de Madrid, Eladio Galán Cáceres, decidirá sobre la admisión a trámite de la querella criminal interpuesta por la viuda e hijos de Ignacio Coca contra los máximos directivos de Banesto por los delitos contra la vida e integridad del banquero suicidado, usura y falsedad de documento. El banco ya se ha movilizado y nombró el pasado lunes al abogado José María Stampa Braun, defensor de sus intereses. Paralelamente, la familia Coca ha contestado al requerimiento notarial de pago de 11.290 millones de pesetas en sentido negativo.

El Juzgado de Guardia de Madrid, que en la noche del pasado viernes recibió la querella criminal de la familia Coca contra cuatro altos cargos de Banesto (Pablo Garnica, José María López de Letona, José, María Sainz de Vicuña y Manuel Igea) por los delitos contra la vida e integridad de Ignacio Coca, usura y falsedad en documentos mercantiles, ha repartido tal querella al titular del Juzgado de Instrucción numero de Madrid, Eladio Galán Cáceres, cercano a los treinta años de edad. Este juez deberá decidir en primer lugar si admite a trámite la querella de los herederos de Coca, preparada poi el abogado Marcial Fernández Montes.El Banco Español de Crédito, confirmando sus deseos de no polernizar sobre el asunto de los medios de comunicaciór por respeto a la justicia, ha nombrado al abogado José María Stampa Braun para que defienda sus intereses en el caso según informó ayer Diario 16 Stampa Braun, que fue el de fensor de Enrique Miflarro consejero delegado del Banc( Coca, en un affaire de evasión de capitales, confirmó el nom bramiento a este periódico, así como el propio Banesto. Paralelamente, la familia Coca contestó el pasado lunes al requerimiento notarial presentado por Banesto para que pagasen 11.290 millones de pesetas, correspondientes a una póliza de crédito personal. Aunque no se conoce ningún detalle de la contestación, se sabe que esta ha ido en sentido negativo, po lo que el próximo paso pued ser la ejecución de bienes de lo Coca. Fuentes de Banesto informaron que el principal de la deuda del banquero con la entidad asicendía a unos 32.000 millones de pesetas.

En la querella se demanda la presencia como testigos de Enrique Sarasola, José Manuel Stilienopulos, Alfonso Márquez Patiño, Gabriel Aguirre Borrell, Pablo Pastega Benjumea, Maria Teresa Hernández Pinuaga, Isaac Madrigal de Alba y Rafael López Saez Rodrigo. Tanto Diario 16 como La Vanguardia afirmaban ayer que Enrique Sarasola ha sido mediador entre los Coca y Banesto, representando los intereses de los primeros. Sarasola era amigo personal del banquero fallecido y fue una de las personas que acudieron a su entierro.

El reparto

Aunque todavía no se conoce cuál ha sido el elemento determinante por el que las negociaciones quedaron bloqueadas a mediados del pasado mes de diciembre, parece que las diferencias sobre lo que exigían ambas partes era abismal. Fuentes externas a ambas partes indican que los Coca pretendían quedarse con las tres fincas que poséen, el palacete de la calle Orfila, la finca de La Cepilla, cercana a Madrid, la casa de Marbella, una cantidad indeterminada de dinero para mantenerlas y el ajuar personal. Banesto, por el contrario, cedía a los Coca exclusivamente el palacete de Orfila y el ajuar personal. Ni los Coca ni Banesto quisieron concretar ayer estos extremos. Las negociaciones se iniciaron después del suicidio de Coca, que apareció con un tiro en la cabeza. La primera de ellas tuvo como protagonistas a Letona, Jacobo Argüelles y Fernando Castromil, por parte de Banesto; y a los dos hijos mayores de Coca, Iñigo y Borja, al abogado Marcial Fernández Montes, al albacea José Luis González Zaldúa, y al empresario Enrique Sarasola, por la familia.

Revalorización asumida

Uno de los aspectos más imprecisados de la querella es cómo pasa Ignacio Coca en ocho meses -enero a septiembre de 1978- de dejar a Banesto unos bienes en garantía por valor de 8.608 millones, a, deberle 53.354 millones. En la primer fecha, Sainz ,de Vicuña da su beneplácito (ver documento adjunto) a las revalorizaciones que haría el Banco Coca en su balance, de los bienes que se aportaban en garantía a Banesto, suscribiendo la manifestación de que el banco no tenía inconveniente en que la valoración contable que se señalaba se materializara por el Banco Coca en sus libros. Este documento se firmaba dos días antes de comunicar la operación al gobernador del Banco de España, López de Letona.En los ocho meses citados, Banesto contrastó los valores reales que constituían la universalidad patrimonial del Coca y la entidad real de las obligaciones pendientes de sociedades filiales y de los créditos fallidos (los cuales asumía Coca con su patrimonio personal en un 85%). La deuda resultante fue de 53.354 millones de pesetas.

En junio de 1979, en la junta general de Banesto, su presidente Aguirre Gonzalo, elogiando la operación de fusión, decía a los accionistas: "Podemos afirmar que los resultados conseguidos por el banco son muy satisfactorios".

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