Madrid, candidata para albergar la Oficina de Marcas de la Comunidad Europea

Madrid puede tener su primera sede comunitaria, al haber sido seleccionada entre las ciudades candidatas para albergar la Oficina de Marcas de la Comunidad Europea (CE). Tras una primera depuración efectuada por el comisario europeo Lord Cockfield, cuatro ciudades permanecen en competición -Londres, Munich, La, Haya y Madrid-, pero fuentes bien informadas señalan que estas dos últimas son las que más probabilidades tienen de hospedar la codiciada oficina.El Consejo de Ministros de la CE, deberá decidir este año, a propuesta de la Comisión Eropea, la ubicación de la sede de la Oficina Comunitaria de Marcas. Las marcas registradas en esta oficina serán válidas en los 12 países miembros, sin que sea necesario, como ahora, volver a presentarlas en sus respectivas capitales.

En la carta que encabeza el informe de presentación de la candidatura de la capital de España, el presidente del Gobierno, Felipe González, recuerda la larga tradición de las marcas en nuestro país".

El presidente del Gobierno prosigue resaltando que "los expertos españoles han desarrollado recientemente un sistema de alta tecnología para permitir una gestión rápida y eficaz del millón de marcas inscritas en el Regi stro de la Propiedad Industríal". Esta experiencia "se pondría al servicio de un sistema europeo de rnarcas", añade.

Al margen de esta aportación, el Gobierno autónomo y el Ayuntamiento de Madrid ofrecen gratuitamente a la CE una parcela de 2.418 metros cuadrados en el recinto ferial de la ciudad para la construcción de la sede.

La futura oficina empleará a 250 funcionarios repartidos en seis divisiones -examen, registro, oposición, anulación, recursos y administración-, pero su idioma de trabajo, en el que las empresas deberán presentar las solicitudes, no será forzosamente el del país dónde haya sido instalada. Por este motivo el Gobierno galo no ve con malos ojos la candidatura de Madrid, ya que piensa que contará con la complicidad de las autoridades españolas para que el francés impere en la oficina.