Raciones de 'reformismo'
La derrota estrepitosa del reformismo tuvo la virtud de hacer callar por un tiempo limitado a su promotor más ilustre. Más, como sucede con todo, esta bienaventuranza colectiva se ha acabado, y ahora debemos volver a digerir paulatinamente diversas raciones de hiel, para que tengamos cada día el debido grado de rencor hacia Madrid. Hay que convenir, sin embargo, que tan genuina dietética tiene también sus adeptos, pues contra los gustos no hay nada escrito y cada uno es libre de tener los suyos. Pero que no se nos obligue a los demás a consumir la ración.Miquel Roca parece disponer de los medios adecuados para hacernos tragar la dosis quieras que no. Si no es desde algún periódico, a través de la radio o de algún informativo de televisión, y eso si antes no has tropezado con el vecino habitual que se ha autoimpuesto la misión de amargarte el café con leche. Y en el supuesto de que logres, cosa casi imposible, eludir todos esos agentes de difusión, aún te puede esperar la suegra en casa para llamarte lisa y llanamente mal catalán si no te has desayunado como Roca manda.-