Lo justo, lo injusto
Desde que alguien inició polémica con la frase de ¿libertad para qué? muchos le hemos dado vueltas al tema. ¿Justicia para qué y para quién?, me he preguntado infinidad de veces en las últimas semanas. ¿Justicia para unos pocos, los privilegiados de las instituciones, los aforados, los del poder económico, los amigos del poder político y los de los propios jueces? La respuesta se encuentra en las actuaciones de la propia institución de la Justicia, cuyos veredictos contradictorios favorecen casi siempre a los que tienen fortuna o gracia política.Los hechos no pueden ser más evidentes: la Justicia condena al alcalde de Jerez a seis años de inhabilitación para ejercer cargos públicos. El pueblo en masa se echa a la calle defendiendo a su alcalde, y por si eso no fuera suficiente ahí están las declaraciones del senador González Bedoya y del ministro de Justicia en favor del derecho a la crítica sobre determinadas actuaciones de los jueces. Sin embargo, las palabras, palabras son si no se traducen en hechos.
Los hechos son que un alcalde a quien apoyan mayoritariamente sus conciudadanos puede ser inhabilitado por ejercer el derecho a críticar una actuación judicial. Esperemos que el Tribunal Supremo sea capaz de reconocer, como nuestra Constitución, ese derecho a la crítica y le absuelva.-
