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Un cierre tardío no logra poner fin a la confusión

La última sesión de la semana, cuarta en la que la contratación llega a niveles de récord" ha sumido a los inversionistas en una gran confusión, debido a los diversos cambios que ha registrado la orientación de los precios a lo largo de la mañana. Papel y dinero se han visto obligados a simultanear su dominio de la situación, dando la sensación en diversas ocasiones de poder darle una dirección definida a la jornada, que, sin embargo, cerró en medio de frecuentes cambios que hicieron retrasar considerablemente el horario habitual de cierre. A este retraso también contribuyó una avería del ordenador, sin duda abrumado por la enorme cantidad de órdenes que viene recibiendo en estos últimos días, sobre todo las que llegan del sector bancario. Las cotizaciones de estos valores pudieron conocerse tras una tensa espera de casi una hora sobre el horario habitual.Este obligado paréntesis sirvió para que la sesión ganase en incertidumbre, pues ese forzado paréntesis obligó a un continuo ir y venir de órdenes y contraórdenes, rumores y noticias que contribuyeron a alimentar los temores, ya de por sí bastante grandes. Lo elevado de los precios y la capacidad de absorción de que hace gala el mercado en cada sesión han estado poniendo nerviosos a inversionistas y operadores, hasta el punto de que en cada una de estas últimas sesiones se han producido constantes entradas y salidas, dependiendo de la oportunidad del momento. Y parece ser este criterio, la oportunidad, el que está primando sobre el resto a la hora de decidir, ya que el resto de los factores, objetivos y subjetivos, han quedado desfasados y no cuentan demasiado.

En medio de esta situación es difícil evaluar la capacidad de influencia que puede tener en el mercado la noticia del éxito policial, que se divulgó inmediatamente por el parqué. Un logro social y político de estas características habría animado la sesión en cualquier otra circunstancia, pero al haber superado los mercados de valores todas las previsiones posibles, el hecho no pasó de ser una anécdota más.

Los platos rotos han vuelto a cargarse en la cuenta del grupo eléctrico, que se muestra incapaz de reacción alguna, al tiempo que el resto de los sectores registraba algunas tensiones fruto de la selección a que se les está sometiendo. Los valores siderúrgicos acompañaron a los eléctricos en esta primera tanda vendedora, sólo cortada con claridad por comunicaciones y el grupo de seguros.

Dentro del sector de construcción, en cementeras e inmobiliarias se dieron cita las situaciones más equilibradas y los escasos avances de la jornada, al tiempo que el sector bancario quedaba bajo el dominio absoluto del papel, con algo más de 400.000 títulos como resto vendedor para los siete grandes, cantidad que fue barrida literalmente por estas instituciones, ya que todas retiraron sus excesos de papel. El volumen negociado sobrepasó el millón de títulos, y las bajas de las cotizaciones oscilaron entre los 5 y los 35 enteros, dándose además tres repeticiones.

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