100 policías municipales controlan desde el domingo la actividad del Rastro

La zona ocupada por el mercadillo del Rastro comenzó a ser vigilada el pasado domingo por un centenar de policías municipales en una operación que se repetirá todos los días festivos, encaminada en una primera fase a controlar el acceso de vehículos y a impedir la venta de productos alimenticios. La operación le cuesta al Ayuntamiento 650.000 pesetas semanales en horas extraordinarias.

Las calles de Toledo, entre el mercado de la Cebada y la puerta de Toledo, y San Millán y Duque de Alba quedaron el domingo, entre las ocho de la mañana y las tres de la tarde, cerradas al tráfico privado. Ello permitió a los vehículos de la Empresa Municipal de Transportes y a los taxis circular sin los problemas de tráfico que se sufrían cada domingo

Control del tráfico

El centenar de agentes, según informó Miguel Lara, presidente de la Junta Municipal de Centro no sólo se cuidó de controlar el tráfico e impedir que camiones y furgonetas se estacionaran en la ronda de Toledo., sino que ordenó a los conductores de los vehículos que transportaban mercancías que sacaran sus furgonetas y camiones del recinto del Rastro antes de las 9.30, orden que, al parecer, fue obedecida en un 90% de los casos.Este control de mercancías permitió impedir la entrada de aquellos vehículos en los que se transportaban productos alimenticios. Los conductores y vendedores recibieron de los agentes una circular en la que se recordaba la prohibición para vender estos productos, que, por tratarse de la primera semana de actuación, no fueron decomisados. Sí se intervinieron, en cambio, numerosas cintas piratas de vídeo y programas de ordenador. La policía evitó, asimismo, que se instalaran puestos en la calle del Duque de Alba y en la plaza de Tirso de Molina.

Según Lara, estos puestos, con las nuevas medidas, pueden instalarse en las calles interiores del Rastro al quedar ahora más sitio libre gracias a la eliminación de vehículos aparcados junto a muchos puestos y desaparecer aquéllos en los que se vendían bocadillos y alimentos.

Esta actuación municipal contó con la colaboración de la delegada del Gobierno en Madrid, Ana de Vicente Tutor, quien ordenó a la Policía Nacional que reforzara la vigilancia en los puntos considerados más conflictivos.

Venta de animales

El plan para los próximos domingos es, según dijo el concejal, aumentar progresivamente el control policial en el interior del mercadillo. Entre los temas que se quiere regular está el de la venta de animales. "En teoría, la venta de animales en la vía pública está prohibida, pero no vamos a impedirla porque es una de las actividades tradicionales del Rastro", dijo Lara. "Vamos a intentar, en colaboración con diversas sociedades que protegen a los animales, evitar aquellos casos que supongan malos tratos o ventas de razas protegidas o en veda".Estas medidas se mantendrán de forma permanente mientras prosiguen los estudios por parte de la junta municipal para conceder licencias a lbs vendedores del Rastro y fijar la ubicación de cada uno de los puestos, lo que exige un complicado proceso informático que impedirá una regulación definitiva de este mercadillo hasta dentro de unos meses. Según Lara, en estos momentos trabajan en el Rastro entre 3.000 y 4.000 personas.